Un motorista notoriamente ebrio se saltó un semáforo en rojo ante los atónitos ojos de un coche patrulla de la Policía Local de Palma, estacionado en la zona. El piloto, de 23 años y nacionalidad boliviana, prosiguió su marcha haciendo eses a todo lo ancho de la palmesana calle Balmes. Los agentes le detuvieron por conducir bajo los efectos del alcohol. Su tasa de alcoholemia, 1´15 miligramos por litro de aire expirado, quintuplicaba el máximo permitido.

Los hechos ocurrieron en torno a las 23.30 horas del pasado sábado. Un coche patrulla de la Unitat de Seguretat Integral (USEI) de la Policía Local se encontraba de servicio en la intersección de las calle Balmes y Mariàn Aguiló cuando se les aproximó un ciclomotor. Pese a toparse con los policías, el piloto se saltó un semáforo en rojo.

El motorista prosiguió su marcha por la calle Balmes haciendo unas ostensibles eses. Hasta el punto de que la avenida parecía quedársele pequeña. Cuando los agentes le conminaron a detenerse, el piloto perdió el equilibrio y cayó de bruces al suelo.

A continuación, los agentes introdujeron al motorista en el coche patrulla y le trasladaron hasta el cuartel de Sant Ferran para realizarle allí la prueba de alcoholemia. El test confirmó algo que ya era obvio a simple vista. El piloto quintuplicó el máximo permitido para ponerse al volante.

Acto seguido, los policías detuvieron al piloto por conducir su ciclomotor bajo los efectos del alcohol. Fue conducido al calabozo a la espera de ser puesto a disposición judicial.