La fiscalía y la acusación particular mantuvieron ayer su petición de condena de 84 años y medio de prisión para Mohamed E.B. por asesinar a un hombre e intentar matar a cuchilladas a otras nueve personas el pasado 23 de febrero de 2011 al mediodía en Sant Antoni de Portmany (Eivissa). Según su versión, el sospechoso, un marroquí de 44 años, actuó movido por un "resentimiento extremo" y un odio hacia la sociedad a consecuencia de sus problemas económicos tras haberse quedado en la calle y ser desahuciado de su casa.

Tanto la fiscal Ruth González como la letrada de la acusación particular, Ascensión Joaniquet, destacaron en la cuarta y última sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Palma que el imputado no sufre ninguna enfermedad mental, sino que simula un trastorno. Por ello, le consideran responsable de diez delitos de asesinato, uno consumado y el resto en grado de tentativa, además de atentado, daños y dos faltas de lesiones.

En cambio, la abogada defensora, Cristina Molina, reclamó la libre absolución del hombre al argumentar que este padece un trastorno y que "no comprendía" lo que hacía. "Ningún psiquiatra ha dicho en el juicio que Mohamed esté bien. Uno dice que tuvo un brote psicótico, otro un trastorno delirante estructurado y ayer supimos que en la cárcel le han diagnosticado una esquizofrenia paranoide", enfatizó la letrada. La defensa considera que el acusado sufre un trastorno del pensamiento con ideas delirantes de tipo persecutorio y que este hecho anuló sus facultades mentales, por lo que es inimputable. Según su tesis, las puñaladas que asestó Mohamed E.B. en Sant Antoni constituirían diez delitos de lesiones, pero se tendría que aplicar la circunstancia eximente completa de enajenación mental, por lo que solo cabría su absolución. La abogada, además, solicita la medida de seguridad de internamiento en un centro psiquiátrico y por lo que respecta a la muerte de Antonio Boned, el hombre de 48 años que fue acuchillado en el cuello en el comercio Micaló y que falleció en el hospital de Can Misses un mes después de ser agredido, mantiene que esta se debió a una mala praxis médica.

´Un día negro de guerra´

Antes de finalizar la vista oral, Mohamed E.B. aprovechó el turno de la última palabra para dirigirse al tribunal popular: "La única cosa que quiero decir es que nadie pudo sentir lo que yo sentía el día de los hechos. Yo me acuerdo de que era un día negro, un día negro de guerra. Todavía hoy estoy sufriendo paranoias y miedo. Digan lo que digan, cualquier persona puede hacer un día una locura muy grande". Hoy está previsto que el jurado delibere cuando le entreguen el objeto de veredicto.

La fiscal detalló ayer en sus informes que Mohamed E.B. tuvo la intención de matar a todas las víctimas a las que atacó por sorpresa con un cuchillo, por lo que no tuvieron la posibilidad de defenderse. El ministerio público calificó de inaceptable la tesis de la defensa de que la muerte de Antonio Boned fue por una negligencia médica, al subrayar que la cuchillada que sufrió le seccionó la yugular interna y externa, lo que le produjo una gran pérdida de sangre y la falta de oxígeno en el cerebro. La fiscal también rechazó que el imputado sufriera un brote psicótico: "Me parece que está simulando".

La letrada de la acusación particular realizó un informe demoledor. "Mohamed no sufre ninguna enfermedad mental. Fingió los síntomas de la esquizofrenia paranoide. Todo esto se lo ha inventado. Aunque sea increíble, la maldad existe. No siempre el que mata a una persona es porque está loco. En este caso, se nos hace creer que está loco en un momento muy concreto de su vida. Pero él selecciona a sus víctimas, las ataca en zonas vitales, se esconde...", indicó Ascensión Joaniquet. La abogada recordó el "recorrido sangriento" que protagonizó el sospechoso en Sant Antoni al ir apuñalando a diez personas: "Debió ser una masacre, una locura, un momento caótico". La acusación mantuvo que el imputado actuó lleno de rabia y sin sufrir ningún trastorno. "Les pido que valoren el dolor de las víctimas. Les pido una sentencia justa. Uno perdió la vida, otro un ojo, otro el bazo y el riñón. Ellos han depositado su confianza en ustedes", concluyó Joaniquet.

Por su parte, la letrada defensora se centró en el estado mental de Mohamed: "No estaba en sus cabales y no lo está ahora. No podía comprender lo que estaba haciendo. Fue atacando aleatoriamente. No hay criterios de selección. Él nunca quiso matar a nadie. Solo hizo un corte a las víctimas, no las remató. Fue un brote espontáneo. Él no tiene la culpa de estar enfermo. Les pido que tengan en cuenta que también es un ser humano".