Un empresario entró en un banco de Málaga con la aparente intención de cometer un atraco, aunque en seguida tranquilizó a los empleados y les pidió que llamaran a la Policía porque estaba desesperado con la crisis y quería que lo mandaran a la cárcel, según informaron ayer fuentes judiciales.

Los hechos ocurrieron hacia las dos de la tarde del pasado martes cuando un hombre de unos 35 años de edad entró en una oficina bancaria de La Caixa en la capital malagueña, en la que había tres empleados. El varón indicó que iba armado y que era un atraco.

Sin embargo, inmediatamente el supuesto atracador tranquilizó a los empleados y les confesó que estaba arruinado por la crisis económica y que lo único que quería era que lo detuvieran y lo enviaran a la cárcel.

La Policía se trasladó a la entidad financiera y, sin que se resistiera el sospechoso en ningún momento, le leyeron sus derechos y lo detuvieron por tentativa de atraco, según confirmaron fuentes policiales.

El detenido pasó el martes por la tarde a disposición judicial y, tras tomarle declaración, el juez de guardia decretó su libertad imputado por una falta de coacciones, según explicaron las fuentes judiciales.

El empresario se enfrentará en los próximos días a un juicio rápido. El hombre no consiguió su objetivo inicial de ingresar en prisión desesperado por culpa de la crisis económica.