La Policía Nacional ha dado con el violento atracador de Palma en un tiempo récord. Los agentes arrestaron ayer a un hombre de origen africano por su presunta implicación en el asalto ocurrido el jueves por la mañana en un salón de juegos de la ciudad donde golpeó a la única empleada que se hallaba en el establecimiento y por robar 800 euros al descuido en otro local horas después.

El sospechoso, un joven muy corpulento de 1,90 metros de altura, previsiblemente pasará hoy a disposición del juzgado de guardia de Palma. Inicialmente, se le imputa un delito de robo con violencia e intimidación y un hurto.

El hombre presuntamente atracó a cara descubierta y a plena luz del día un salón recreativo ubicado en la calle Uetam y, poco después, por la tarde sustrajo 800 euros en otro local de la zona de Gomila. Los investigadores relacionaron ambos casos al comprobar que las características físicas del sospechoso coincidían. Se trataba de un varón de raza negra, muy alto y de complexión fuerte. Tras intensas pesquisas, el Grupo de Atracos de la Policía localizó y detuvo al africano ayer a primeras horas de la mañana.

Varios testigos tenían previsto acudir ayer tarde a dependencias policiales para llevar a cabo un reconocimiento del acusado, según confirmó uno de los afectados. Además, los agentes cuentan también con las imágenes que captaron las cámaras de videovigilancia en el momento de uno de los asaltos. No se descarta que se produzcan más arrestos si se descubre que hay más implicados en los hechos.

El primer robo se produjo el jueves sobre las nueve de la mañana en un salón de juegos de la calle Uetam. El sospechoso se hizo pasar por cliente, entró en el baño y, al comprobar que el local estaba vacío, agredió a la única empleada que se encontraba en el negocio. Tras golpearla por todo el cuerpo, le exigió el dinero y le obligó a abrir la caja fuerte. Se apoderó de más de 2.000 euros en billetes y monedas y huyó. Horas después, a las cuatro de la tarde, el hombre supuestamente acudió a otro salón recreativo de la calle Robert Graves. Tras simular ser un cliente, se aproximó a la barra y presuntamente sustrajo 800 euros.