Los asaltantes de una panadería de la plaza Rutlo de Palma no contaba con que su delito sería repelido. El novio de la dependienta lanzó una patada de kung-fu. Del golpe fracturó una puerta. Los atracadores emprendieron la huida sin botín alguno antes de ser detenidos poco después.

El atraco frustrado se produjo sobre las ocho menos diez de la mañana del pasado viernes en la plaza Rutlo. La dependienta se encontraba colocando pan en las estanterías cuando se adentró un individuo con el rostro cubierto. Una braga y un gorro solo dejaban sus ojos al descubierto.

Al principio, la dependienta de la panadería no le dio mayor importancia y siguió colocando los panes como si tal cosa. La panadera dejó de ordenar y le preguntó al desconocido qué deseaba.

El asaltante cogió a la dependienta por la pechera y le colocó un destornillador de punta plana detrás de la oreja. Acto seguido, le reclamó todo el dinero que tuviera en la caja.

Lejos de amilanarse, la panadera avisó a su novio, que se encontraba en el establecimiento. Sin pensárselo dos veces, el joven les lanzó una patada de artes marciales. El puntapié no les alcanzó, pero rompió el cristal de la puerta de la panadería. Fue Lo suficientemente intimidatoria como para que el asaltante abandonara el local a toda velocidad sin llevarse un euro de la caja.

El atracador y dos compinches huyeron en un vehículo estacionado en la puerta. Con las últimas letras de la matrícula y la descripción del vehículo, las víctimas denunciaron el intento de robo.

Agentes de la Policía Local de Palma iniciaron una investigación para dar con el paradero del vehículo y de los asaltantes. No tuvieron que esperar mucho tiempo para tener noticias suyas. Un control de agentes de la Unitat d´Intervenció Immediata (UII) los sorprendió en la rotonda de Mercapalma, cuando estaban a punto de adentrarse en Son Banya.

Los policías se percataron de que el conductor llevaba la braga supuestamente utilizada en el intento de atraco en el cuello. Tras intentos infructuosos de despiste, el sospechoso finalmente reconoció a los agentes que había perpetrado el asalto frustrado.

También admitió que su coche era una ´cunda´., un vehículo utilizado para transportar toxicómanos en busca de droga. Subió a la pareja en la Porta de Sant Antoni con destino a Son Banya. Entre medias intentaron atracar la panadería sin ningún éxito. La Policía detuvo a los tres por un robo con violencia y les intervinieron un destornillador y un cuchillo.