El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró ayer que las centrales nucleares que no superen las pruebas de resistencia y no vean factible incrementar su seguridad deberán cerrar, pero consideró que la mayoría podrán adoptar las medidas necesarias y seguirán operativas.

En Bruselas, tras concluir el Consejo Europeo, Zapatero hizo referencia al debate en torno a la crisis nuclear a raíz del terremoto y posterior tsunami en Japón, que ha llevado a los Veintisiete a acordar la realización de pruebas de resistencia a todas sus centrales nucleares.

El presidente del Gobierno aseguró que las pruebas serán "exigentes" y estarán sometidas a "la máxima información pública y al principio esencial de transparencia", y explicó que, la que no las supere, deberá adoptar, si es posible, las medidas necesarias para reforzar su seguridad.

"Si es evidente que no supera el test de seguridad y que no se pueden aplicar medidas correctoras, la consecuencia lógica es que la central no debe tener actividad", ha resumido.

Su visión sobre las consecuencias de las pruebas fue más suave que la del presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien garantizó que Francia asumirá inmediatamente las consecuencias y cerrará las centrales que no superen los exámenes.

Sobre si es favorable a que se estudie el riesgo de un ataque terrorista, Zapatero destacó que los parámetros que se analizarán serán fijados por los organismos reguladores de la energía nuclear de manera independiente y consideró lógico que se revisen todos los supuestos en los que una instalación pueda verse afectada.