Lluc Fluxà, un joven cocinero de Sóller que lleva varios meses en Tokio, empieza a acostumbrarse a los temblores. "Esta madrugada [por la de ayer] ha habido cuatro o cinco réplicas fuertes. Miles de personas han tenido que dormir en estaciones de metro o en sus lugares de trabajo porque el metro seguía sin funcionar. En las calles había un atasco monumental y tardé dos horas en llegar a casa en coche, cuando normalmente lo hago en diez minutos", explicó ayer Fluxà a DIARIO de MALLORCA. "Hoy la ciudad está más vacía de lo normal, hay menos gente. Lo que más preocupa ahora es la radiactividad y hay inquietud por lo que pueda pasar tras la explosión en la central nuclear de Fukushima", relató.

La noche fue larga en Tokio tras el peor seísmo que ha vivido Japón en su historia. "Al salir de trabajar mi jefe vino a buscarme con al coche para llevarme a casa. El metro estuvo cerrado durante todo el día y en todas las calles había atascos gigantescos. Tardamos dos horas en llegar", relató el joven solleric. "Durante toda la noche hubo un colapso impresionante. La gente intentaba volver a casa, pero más de 20.000 personas han tenido que dormir en las estaciones de metro". La tierra siguió temblando en la capital nipona durante toda la madrugada. "En solo 20 minutos hubo cuatro o cinco réplicas fuertes. Yo estaba en el octavo piso y sobre las cinco de la mañana vino el jefe para decirnos que teníamos que ir al primer piso a dormir. Estaba nervioso y asustado y nos pidió que cogiéramos los pasaportes por si había que salir pitando. Todavía estábamos en alerta roja", explicó Fluxà.

El día después al desastre fue extraño en la capital nipona. "Al ir a trabajar he notado que había mucha menos gente que otros sábados en el metro y en las calles. Ahora lo que más preocupa aquí es la posible fuga radiactiva por la explosión en la central de Fukushima. Tengo un compañero de trabajo que tiene familia allí y todavía no ha podido contactar con ellos. Hay mucha inquietud", afirmó.

Lluc Fluxà asegura que en Tokio apenas se aprecian los efectos del fuerte terremoto del lunes y se considera afortunado por haber estado en la calle cuando se produjo el seísmo. "No se ven daños. Yo tuve suerte de estar en la calle y solo vi temblar los edificios y escuché ruido de cosas que se rompían. Tengo una compañera dominicana que le pilló en casa y vio cómo se caía todo de las estanterías y el microondas casi aplasta a su perro. Estaba muy asustada", recordó. El cocinero solleric apura ahora sus últimas días en Japón y tiene previsto salir del país en barco para dirigirse a China, donde pasará unos meses antes de regresar a Mallorca.