Su muerte añadió un grado de horror al crimen. Patrick Meisel, hijo del empresario, tenía ocho años cuando murió. El pequeño asistía al colegio público Francesc de Borja Moll, en s´Arenal. "Era un chico normal, que se llevaba muy bien con sus compañeros", explicaba un profesor poco después del crimen. Cuando llegó a Mallorca sólo hablaba alemán, pero en el colegio había aprendido castellano y catalán. El suceso afectó enormemente a sus compañeros de clase.