Vicente Ortiz, vecino de la barriada palmesana de Corea, permanece desde ayer encerrado en su domicilio para evitar que los Servicios Sociales se lleven a sus hijos. Una asistente social, acompañada por tres policías, acudió el pasado martes a la vivienda de Ortiz y se llevó, mediante orden judicial, a la hija menor, un bebé de unos siete meses de edad.

Desde entonces, Vicente Ortiz y su familia están encerrados en su casa e, incluso, el hijo mayor, que mañana cumplirá 16 años, permanecía ayer huido para evitar que le separaran de su familia.

"No pienso abrirles, si quieren entrar tendrán que derribar la puerta de casa", señaló el padre con tono apesadumbrado tras lo ocurrido. "Mi mujer está en cama desde que se llevaron a la pequeña, si nos quitan a los otros, nos van a destrozar la vida a todos", se lamentaba Vicente Ortiz.