Después de dos años protagonizados por la omnipresente crisis sanitaria y todo lo que ha traído consigo en todos los ámbitos, el año 2022 se avista ya en el horizonte como el año de la recuperación. Y los expertos coinciden en señalar que la salida de la crisis, para que sea sólida y duradera, pasa necesariamente por una transformación del modelo productivo que debe ser más digital y sostenible. Esos son los dos pilares clave para construir una economía más eficiente, productiva y competitiva. Y ambos están irremediablemente unidos, porque el proceso de digitalización, que ya ha experimentado un enorme impulso durante la pandemia, es la herramienta imprescindible para afrontar los retos ambientales pendientes. 

En ese doble desafío, Telefónica –que desde hace dos décadas hace girar todas sus acciones sobre los principios del Pacto Global y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU–, asume también para este nuevo año una doble responsabilidad. Por una parte, la de facilitar soluciones a los retos medioambientales a través de la digitalización. Algunos de sus productos y servicios ya ofrecen respuesta a la necesidad de cuidar el planeta y luchar contra el cambio climático en los ámbitos, por ejemplo, de una gestión más eficiente de los residuos o del agua. Todo ello sin olvidar el impacto que tiene en el entorno el despliegue de las redes, la producción de dispositivos o la expansión de las infraestructuras. Por eso, otro de los compromisos de Telefónica está con la reducción de su propio impacto en el entorno y la apuesta por desvincular su crecimiento de la huella ambiental.

Algunos servicios Eco Smart de Telefónica hacen posible una gestión más eficiente de los residuos y el agua

El motor del cambio

En el año 2020, Telefónica se marcó nuevos objetivos que van más allá de lo establecido en el Acuerdo de París: cero neto en 2025 en sus mercados clave y en 2040 en toda su huella, incluida la cadena de valor. Para lograrlo, continuará reduciendo las emisiones directas e indirectas con el escenario 1,5ºC, un 70% a escala global en 2025 y, como objetivo intermedio, comenzará ese mismo año a neutralizar las emisiones restantes en sus principales mercados.

El impacto de la telco sobre el medio ambiente proviene principalmente de las redes de comunicación: fibra óptica, 4 y 5G, cables submarinos, etc. que conectan a las personas y a las empresas. De hecho, por ejemplo, las emisiones en España se han reducido más del 87%, del 2015 al 2020, y la cobertura 4G ya llega a más del 98% de la población y se ha progresado en el despliegue de fibra no sólo en áreas urbanas, sino especialmente en poblaciones rurales, hasta superar los 26,5 millones de hogares con cobertura de fibra, mejorando de esta forma las capacidades y oportunidades de desarrollo de muchas regiones de España.

La 4G ya llega a más del 98% de la población y hay más de 26,5 millones de hogares con cobertura de fibra

“En Telefónica somos conscientes de la urgencia del momento en relación con el cambio climático. Es mucho lo conseguido hasta el momento, una reducción de las emisiones del 40% en cinco años, incluida la cadena de valor, no se logra de modo fácil, por ello debemos seguir para alcanzar las cero emisiones netas en nuestros principales mercados en 2025 y en toda nuestra cadena de valor en 2040. Somos más conscientes que nunca de nuestro papel como motor de cambio en la economía y en la sociedad: solo apoyando e involucrando a nuestros proveedores y clientes, lograremos un verdadero cambio, una transformación real y duradera, que mejore el mundo. De ahí la importancia de la corresponsabilidad, de recorrer este camino todos juntos, y de apoyarnos, más que nunca, en la digitalización para avanzar”, señala Maya Ormazabal, directora de Medioambiente y Derechos Humanos de Telefónica.

5 MEDIDAS PARA UN MENOR IMPACTO AMBIENTAL

- El 100% de los negocios operativos de Telefónica está certificado bajo los requisitos del Sistema de Gestión Ambiental ISO 14001, que garantiza que se minimiza el impacto sobre el entorno.

- Aumento de la eficiencia energética a través del cierre de las redes antiguas que consumen más energía y del reciclaje de todos los materiales derivados de su desmantelamiento. Además, las nuevas redes consumen mucha menos energía: la fibra óptica consume un 85% menos de energía que el cobre y el 5G un 90% menos que el 4G en términos de consumo de energía por unidad de tráfico (MWh/Pb). Por ello, Telefónica ha reducido el consumo energético (electricidad + combustibles) en un 2,4% a pesar de que el tráfico gestionado por sus redes se ha multiplicado por cinco.

- Energías renovables. El 100% del consumo eléctrico de Telefónica proviene ya de fuentes renovables en Europa, Brasil y Perú y se está promoviendo la autogeneración de energía limpia en sus instalaciones mediante estaciones híbridas con energía fotovoltaica para reducir las emisiones de CO2.

- Compartir instalaciones con otras compañías que gestionan las torres de comunicación. Así hay menor impacto visual y un menor consumo de energía, además de reducir los residuos.

- Respeto por la biodiversidad a través de medidas de prevención durante la construcción, ubicando las estaciones base fuera de las zonas protegidas siempre que es posible y con medidas correctoras cuando es necesario.