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En estado de alarma

Restaurantes en cuarentena, descuentos y reparto en casa

Las panaderías han registrado una subida en la venta de pan y productos que se conservan unos cuantos días como las ensaïmades o cocas de patata

Forn i Pastisseria Trias con la zona de cafetería retirada. b. font

El destacado cocinero Adrián Quetglas es un ejemplo -y no el único- del primer caso. Explica que decidió cerrar temporalmente sus tres restaurantes antes que se hiciera oficial, pese a tener "a tope" el último día que abrió. "Teníamos la vista puesta en lo que estaba pasando en Italia lo que ya nos hizo tomar la decisión de cerrar las puertas el sábado. Además, en un restaurante los empleados tienen expuesta su salud y es necesario contener el coronavirus", apunta el chef. Explica que no ha despedido a nadie de su plantilla: "somos una empresa pequeña de unos 18 trabajadores, pero ante esta situación de incertidumbre, que no sabemos cuanto va a durar, he empezado a mirar con el gestor la posibilidad de hacer un ERTE, de manera que la empresa pague una parte del salario del empleado y el Estado la otra, la idea es que la gente salga lo menos perjudicada posible", explica preocupado Quetglas.

Descuentos y comida para llevar

Ingenio y descuento es por lo que ha optado Elina, propietaria de la pizzería Galilea -ubicada en la misma población-. La cocinera ha enviado a casi todos los vecinos del pueblo su carta para ofrecerles sus especialidades a domicilio. "La idea es que puedan encargarnos la comanda, prepararla y llevársela a casa en coche", explica la restauradora. Pero todavía hay más, porque quien recoja la comida en el mismo restaurante, obtiene un 15% de descuento. La oferta es atractiva, de hecho ya cuenta con los primeros clientes: "Sus pizzas son muy estimadas para nuestra familia, son muy finas y muy sabrosas", explica una vecina que ha aprovechado la oferta.

La idea surgió la semana pasada: "Vivimos en el mismo edificio de la pizzería, estamos sanos y tenemos siempre el horno encendido, por lo que no es un problema para nosotros preparar pizzas. Además, antes de decretar el estado de alarma ya habíamos hecho una buena previsión de alimentos", comenta Elina. Pese a ello, todavía son pocos los vecinos que han hecho su pedido, "creo que están confinados en sus casas, comiendo los alimentos que tienen, pero cuando echen de menos nuestras pizzas, seguro que hacen la comanda", comenta de forma graciosa su ayudante Serguei.

Una gran demanda de pan

Otro de los establecimientos que tiene abiertos es el Forn i Pastisseria Trias del Secar de la Real. Pep Trias, su propietario, agradece el esfuerzo y la voluntad de los empleados: "si no fuera por ellos, que quieren hacer su trabajo, expuestos al virus, no podríamos hacer nada". El forn ha tenido que tomar medidas, desde el sábado 14 cerró la parte de degustación y cafetería, han reducido el horario laboral, "ahora solo abrimos de 6.30 a 14.30 horas, para garantizar el descanso y la salud de los trabajadores. De hecho, tienen a dos personas en el mostrador, una que sirve y otra que cobra, y la gente solo puede entrar de dos en dos". "A veces hay quien se toma las medidas de prevención a la ligera y hay que advertirles", lamenta el panadero. Con motivo de la situación ha tenido que reducir dos personas de su plantilla, "una decisión muy difícil, pero no había opción", explica tristemente el panadero.

En cuanto a la demanda de los clientes, la gran mayoría pide pan y productos que se conservan unos cuantos días como ensaïmades, coques de patata o rubiols. Por otra parte, se puede decir que, lógicamente, no hay pedidos de pasteles para celebraciones. "La demanda de pan es elevada, muchos lo compran para congelarlo. El sábado pasado nos pilló desprevenidos, pero ahora si alguien quiere una gran cantidad de pan no se la llevará a menos que la haya reservado previamente, no podemos dejar sin pan al resto de clientes", explica Trias. Al preguntarle el motivo de esta demanda, Trias afirma sin dudas: "Creo que la gente tiene miedo de pasar hambre".

Elina, propietaria de la pizzeria Galilea, con un pedido a punto de salir.

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