Doña Pilar celebra su cumpleaños en la intimidad familiar y sin los eméritos

En la misma casa desde donde los médicos la atendían el pasado febrero y organizaban su traslado a Madrid para que fuera intervenida de urgencia, ayer se respiraba un ambiente más relajado. Doña Pilar de Borbón, duquesa de Badajoz, celebraba su 83 cumpleaños con sus más íntimos en la casa que tiene en la urbanización Sol de Mallorca, en Calvià. Una fiesta algo agridulce, pues la primogénita de Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón y Orleans aún está convaleciente de esa operación motivada por una obstrucción intestinal y la quimioterapia a la que se tiene que someter.

Está siendo un año complicado para la tía del rey Felipe VI. Sus problemas de salud no le dejan desenvolverse con la libertad e independencia de meses atrás. De hecho, y aunque cada domingo acude a misa de ocho en Portals, intenta pasar lo más desapercibida posible. Ayer y al contrario de lo que suele ser habitual, no se acercó a saludar a los medios, ni siquiera salió a la puerta a recibir a sus invitados. Según su hijo Beltrán Gómez-Acebo, que llevaba toda la mañana en la piscina junto a su mujer, Andrea Pascual, y el hijo que tienen en común, Juan, doña Pilar "aún no estaba arreglada" para, a continuación, informar a los periodistas y fotógrafos apostados a las puertas de que no iba a ir "nadie importante". Evidentemente, al almuerzo familiar estaban invitados los eméritos, pero no asistieron. Don Juan Carlos había partido rumbo a Finlandia donde a partir del jueves participa en el Mundial Vela; doña Sofía estuvo en Marivent acompañada por sus nietas Victoria e Irene.

De los primeros en llegar a la fiesta fueron Mayte Spínola, mecenas de arte y viuda de GracilianoBarreiros y el exdirector de Candanchú y profesor de esquí de doña Letizia, Eduardo Roldán. Tras ellos, Simoneta Gómez-Acebo y su hija, María de las Mercedes. A su entrada, la única hija de doña Pilar dijo que su madre se encontraba "mejor". Poco después llegaba su hermano, Fernando. Ya en la terraza, donde se sirvió la comida, risas, conversaciones y tarta. La sobremesa fue muy larga.