Luto y dolor por la muerte de Rafa March en Palma a los 46 años. La consternación embargó a los lectores esta semana por el fallecimiento en Palma del jugador y técnico de baloncesto. Jovial, siempre agradable y caracterizado por un gran sentido del humor, se ha marchado dejando como legado a su hija Alex y un imborrable recuerdo que mantendrán vivo siempre su familia, allegados y numerosas amistades. Especialmente su esposa Suzanne Moratinos y su madre, Maruja Alcover.

Las condolencias y mensajes de apoyo para sus familiares se sucedían en el digital y en las redes: "Quina pena... Es meu condol, una aferrada ben grossa a sa famili", era uno de los mensajes, entre todos los que le recuerdan como "un tío cachondo, bromista, sano y muy buena persona".

La protesta de una mujer subsahariana que se tumbó en el suelo, en mitad de la calzada, cuando se disponía a pasar por el lugar un autobús fue otra noticia que sorprendió a la mayoría. Según sus palabras, pedía que le devolvieran el pasaporte y decía tener un hijo enfermo y que no podía verlo. "Muy desesperada tenía que estar, pobre mujer", se apenaban.