Cada año, los mallorquines invertimos dos meses fingiendo nuestra honda preocupación ante una eventual interrupción del veraneo regio. A continuación, expresamos nuestra profunda satisfacción por el incumplimiento del vaticinio. Nunca he conocido a un mallorquín preocupado por la visita estival de los Reyes. Simulamos el estrés, para no defraudar a las provincias que insisten en que el Jefe del Estado debería veranear en sus territorios, que no quieren visitar ni los turistas ´low cost´. Claro que Letizia preferiría cualquier cosa a Marivent.
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