La interpretación significa una huida del propio cuerpo. La diferencia entre cantar y autolesionarse no la hay. Por eso me conmocionó Silvia Pérez Cruz, al declarar que no escucha a colegas en casa para no contaminarse. Reducir la exposición desvela la claridad metálica de su arte, pero no explica cómo entró en contacto con 'Toma este vals' estival de festival. Desborda a Cohen, ambos cuentan canciones. Me encanta que su cuerpo se distancia de su voz, que no se esfuerce por parecer inneceseriamente andaluza, pero debo pecar de islamofobia.
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