Año de mieses para la familia Buika. Con la particularidad de que cada triunfo se decide a votos, sin interferencias dinásticas. Así en la política como en la música, donde a Doña Concha la encuentras un día sobre el escenario de madera y al siguiente pisando el tablado de papel del 'New York Times'. Con la creatividad empalidecida por la industria de los borregos, de la isla solo se sale con arte. La Amy mallorquina quiebra la voz en africano, deslenguada por niña de fuego al ritmo de tambores lejanos. Canta en piel, durante la noche más larga.
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