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Crítica de música

Sin Mozart no hay paraíso

Si la Sala Dante de Palma no existiera tendríamos que construirla. Si el Image Ensemble no existiera tendríamos que crearlo.

Tanto una como el otro, paso a paso, están ocupando un espacio imprescindible dentro del panorama musical de esta isla.

Después de la desaparición de la programación musical de Sa Nostra poco espacio quedó en Palma para la Música de Cámara. Tanto la Sala de Cultura como la Camerata ofrecían un repertorio de música de cámara imprescindible y del que hemos quedado huérfanos los aficionados? Hasta que llegó el Image Ensemble, esa marca acordeón (puede crecer y adaptarse según las necesidades) que con cierta regularidad (menos densa de la que nos gustaría) ofrece en la Sala Dante un repertorio para conjuntos de músicos relativamente pequeños.

Enhorabuena tanto a los promotores que gestionan la Sala como a los promotores de ese conjunto instrumental. Gracias a ellos hemos podido conocer la existencia de autores poco programados y partituras infrecuentes. Es el caso de la sesión que Image Ensemble presentó el pasado domingo (¿dónde? en la Dante, naturalmente), con obras de Crusell y Beethoven.

Del primero (un autor poco conocido, del norte de Europa) se ofreció su Cuarteto para clarinete y cuerdas número 2 op. 4. Una partitura bellísima, que permite al solista de viento explorar las diferentes tonalidades del instrumento y al trío acompañante matizar a través de las tonalidades clásicas. De hecho el título de la sesión era Clasicísimo! Uno y otros, el clarinetista Jordi Rumnbu y el trío de cuerdas formado por Ramon Andreu al violín, María José Gómez de la vega a la viola y Oriol Palau Costa al violoncello, los cuatro estuvieron a un muy buen nivel. Afinados, musicales, incluso con algunos momentos de desavenencias casi imperceptibles pero que añadían valor al directo.

De Beethoven la Serenata (o trío) para cuerdas número 1, op. 8. Una obra para nada menor del repertorio del músico de Bonn y que fue dada a conocer de forma interesante, dinámica, marchosa, elegante? Beethoven en estado puro.

Como propina un Rondó de un cuarteto de Mozart que nunca existió. Y es que, tal como explicó de forma muy didáctica Jordi Rumbau, esa partitura no es más que una versión anónima de una Sonata para violín del autor, hecha por encargo de un editor musical posterior a Mozart y que vio en ella un modo de lucrarse en una época en la que el mozartiano Quinteto para clarinete estaba de moda.

Cierto es que sin Mozart no hay clasicismo.

Image Ensemble

Obras de Crusell y Beethoven

Sala Dante

7-6-2015

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