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Jaime Rosales

"A nivel industrial, ha sido un buen año para el cine español; a nivel artístico, mediocre"

Jaime Rosales, ayer, en Literanta. guillem bosch

Jaime Rosales es de los pocos cineastas del país que el año pasado se adentraron directamente en el problema de España: el paro juvenil, la incertidumbre del segmento de población más débil, su desesperanza, la supervivencia asfixiante de los que tan pronto empiezan a perder los sueños. Hermosa juventud. Rosales, un habitual de la isla, no cree que el cine español de ahora deba abocarse de manera mayoritaria a temas sociales en paralelo a la coyuntura del país. "Creo en la diversidad porque es la misma apuesta de la Naturaleza", refiere. Sin embargo, sí opina que quizá es un tipo de cine al que se le da "poca visibilidad". "Las leyes del mercado son muy estrictas. Cuesta encontrar la puerta de entrada con propuestas menos formateadas", comenta.

De todo el cine que se produce en estos momentos, a Rosales le interesa mucho el que se presenta en Cannes. "Todo el palmarés se estrena en España, sólo hay que estar un poco atento. No es cierto que no llegue nada aquí", asegura.

Tras el rodaje de la cinta protagonizada por Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez, el cineasta enumera algunas de sus conclusiones sobre la juventud española. "Me entristece que les haya tocado vivir un momento bastante peor que el que experimentó la generación anterior. El ambiente que yo viví, por ejemplo, era más edificante", señala. Asimismo, el director cree que la juventud patria está expuesta a una serie de riesgos que tienen que ver con las nuevas tecnologías, "un factor global que no es exclusivamente nuestro". La nota de esperanza suena en boca de Rosales cuando se refiere al talento de la juventud. "Hay muchísimo. Ahora esperan a que llegue un mejor momento. Están guardando la ropa para despúes sacarla y nadar con mucha fuerza", refiere.

En cuanto al futuro del país y el de esa hermosa juventud, el cineasta hoy [por ayer] afirma que se siente optimista. "Lo soy a ratos. Soy muy variable. Lo que tengo claro es que en los años de abundancia también había problemas como el despilfarro, la superficialidad y la poca calidad de la producción porque ésta era más elevada. Para mí, salir de una crisis es cuando se va a algo mejor y más profundo. Por eso, espero que salir de la crisis no signifique sólo ir de fiesta, sino dirigirnos hacia un momento civilizatorio más avanzado", sostiene.

Rosales tiene las esperanzas puestas en el talento del país, en aquellos que generan nuevos pensamientos sobre el mundo y la sociedad. "Javier Gomá lo tiene por ejemplo o Javier Tolentino, entre muchos otros cineastas y artistas", refiere. "El problema es que en el entorno del talento hay mucho depredador y destructor", matiza.

El cineasta rehúye hablar de orgullo respecto a su trabajo. "Nunca estoy muy satisfecho. Con Hermosa juventud he hecho lo que me pedía el alma y ahora me estoy escuchando para ver qué es lo siguiente que quiero hacer. Tengo momentos de mucha alegría y otros de frustración, esa tensión es la gasolina que me empuja a continuar", reconoce. Ahora mismo, intuye que su próximo proyecto fílmico podría encontrarse en un punto intermedio entre su interior (del que surgió Sueño y silencio) y la realidad circundante (de la que emergió Hermosa juventud)."No me interesan las series, son cine rebajado. ´The Wire´ es una versión de ´El padrino´ en pequeño"

El espíritu de fiesta que parece que ha inundado el cine español merece matices para Rosales. "Ha sido un buen año desde el punto de vista industrial, para el artístico, mediocre", observa. "Es bueno que se fortalezca la industria, porque luego va a revertir también en el cine de autor, pero no es bueno que de manera excluyente siempre sea fuerte la industria", sostiene. "En este sentido, en España o nos pasamos o nos quedamos cortos. Si nos pasamos, el peligro es que se oriente la creación a la industria. Si eso sucede, habrá un vacío de calidad importante", señala.

A diferencia de los títulos españoles, el cine extranjero ha dejado una cosecha excelente en 2014, a juicio de Rosales. Incluso en las cintas que aspiraban a los Oscar. "Mi película favorita era Foxcatcher, que no aspiraba a esta categoría sino a mejor director. Me parece la más redonda porque no decae en ningún momento", indica. Confiesa que le dolió un poco que Boyhood no se coronara como la mejor película, "pero el caso es que esa película ya está en la historia del cine y es un experimento que ha salido bien". Birdman también le pareció un relato "brillante" y aplaude El francotirador, excepto a su casting. "Me ha interesado mucho ver que Clint Eastwood ha experimentado cierto cortocircuito sobre sus propias ideas", añade. En su lista de películas del año cita Winter Sleep, Fuerza mayor o Mommy de Xavier Dolan.

Respecto a las series de televisión, asegura que son "cine rebajado". "Las series han recuperado mucho el clasicismo del cine, la gente se queda muy enganchada a la historia", agrega. Para Rosales, The Wire "es una versión en pequeño y empeorada de El padrino".

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