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En contra

Joan Tapia: "Mas ha querido correr más de lo que la sociedad catalana quería"

Joan Tapia: "Mas ha querido correr más de lo que la sociedad catalana quería"

-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Trabaja usted por la unidad de España?"

-No exactamente. Antes que dar recetas, en el libro he querido explicar el nacionalismo catalán y la reacción contraria del nacionalismo español. La receta sería que la independencia es perjudicial para Cataluña y España.

-¿Cataluña dejó de ser independiente el 9N?

-No lo ha sido desde hace muchísimos años. El 9N es un éxito de participación y movilización, pero insuficiente para el fin perseguido por sus promotores, dado que ningún independentista se quedó sin acudir y aun así fueron la mitad de votantes que en las catalanas de 2012.

-¿Ha sido más duro escribir un diario que dirigirlo?

-En La Vanguardia estuve trece años con sus compensaciones, pero no pensé que fuera tan duro escribir el libro. Esperaba que la política catalana sería más racional, pero hubo gran presencia de los sentimientos.

-´¿Cataluña sin España?´, pero aquí en tres líneas.

-A Cataluña no le conviene estar fuera de España, pero ha de encontrarse en una situación cómoda y eso España no siempre lo entiende.

-¿Se debió prohibir la consulta pero no la pseudoconsulta?

-El Constitucional ha sentenciado por unanimidad que no se podía utilizar una Ley de Consultas no Referendarias para un tema de referéndum como la copa de un pino. Era una operación de maquillaje demasiado burda. Ahora bien, la pseudoconsulta del 9N fue una manifestación de gente que expresaba un deseo sin efectos. Se quedaba a medio camino y no soy partidario de menoscabar la libertad de expresión.

-¿Cómo verá la historia a Artur Mas?

-Soy un humilde periodista, pero Mas ha querido correr más de lo que la sociedad catalana quería correr.

-Usted inventó las entrevistas de contraportada como ésta.

-La implanté, fue un invento colectivo. Como director de La Vanguardia, tenía el poder de autorizarla o no, y me parecía excesivo dedicar tres periodistas a una contraportada. Después de un mes y medio de conversaciones con Ima Sanchís, que sigue haciéndola, yo me convencí de la fórmula y ellos de que no era factible todo lo que querían.

-Practica usted la ambigüedad, tal vez calculada.

-La verdad es un poco ambigua. Se ganan elecciones por dos puntos, no puede pedirse mayor ambigüedad.

-¿Jordi Pujol le engañó?

-No demasiado. Lo conocí durante la clandestinidad y lo vi bastante en La Vanguardia. Las relaciones como director fueron correctas, pero frías. Los políticos quieren estar cerca de la prensa, y has de poner distancia.

-Pujol no puede ser a la vez en su libro "un gran político" y "corrupto y bastante padrino".

-Es a la vez un gobernante europeo formado, al que comparo con Helmut Schmidt, y un político italiano del mezzogiorno, con la particularidad de qué no distinguías qué papel interpretaba en cada momento.

-¿Cómo resumiría a Pujol en un perfil para una publicación extranjera?

-Un gran político catalán y español, que acabó mal por ser autoritario en su gestión y muy poco autoritario con su familia.

-Felipe González también asustaba a la casta de los setenta.

-Y hay más, porque si Adolfo Suárez hubiera hecho caso del Ibex 35, que entonces no existía, nunca hubiera habido una transición como la que vivimos. La política ha de ser autónoma de la economía, aunque tenga en cuenta a empresarios y sindicatos.

-¿El ariete para frenar el independentismo catalán ha sido Podemos?

-En parte, sí, pero son fenómenos de protesta. También Ciudadanos surge contra el exceso de independentismo, es un partido nacido para oponerse al pacto de Maragall con Esquerra.

-Solo se descompone usted para denunciar una "estupidez" de Rosa Díez.

-Declaró que "si no fuera porque en Euskadi nos mataban, lo de Cataluña es peor". Es una simplificación en la que Rosa Díez ha caído muchas veces. El nacionalismo español es muy peligroso cuando hace anticatalanismo.

-Un treinta por ciento de independentistas movilizados pesa más que un cincuenta por ciento de españoles pasivos.

-En la manifestación y el debate, puede ser, pero al final la gente vota. Antes de la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, había un veinte por ciento de independentistas. Hoy son un 45, porcentaje alto pero no mayoritario. ¿Parecen más de los que son? Sí, en la prensa partidaria de Artur Mas y de Madrid.

-¿La edad vira hacia la derecha?

-Puede ser, pero no estoy seguro. No me atrevo a dar una respuesta categórica.

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