Llega a ser un poco menos y casi casi la exposición de Christian Boltanski en sa Llonja se convierte en una acción efímera a lo Marina Abramovic. La instalación del artista sólo podrá visitarse durante cuatro semanas, habida cuenta de que el Govern siempre echa mano del edificio de Sagrera a finales de febrero y a principios de marzo para celebrar la entrega de los Premis Ramon Llull de la comunidad y el Día de les Illes Balears. Una muestra interesante que podría ser mucho más amortizada cultural y socialmente, porque al fin y al cabo: ¿qué retorno tienen en la sociedad los actos institucionales de políticos? El caso es que sigue sin existir un plan de usos y una hoja de ruta clara (un documento equivalente a un plan museológico) para el inmueble gótico.
La fecha de las elecciones autonómicas (en mayo) es claramente uno de los motivos por los que el Ejecutivo ha adelantado la inauguración del proyecto artístico anual que organizaba para sa Llonja. En lugar de abrirlo en julio, como venía siendo habitual, la puesta de largo está prevista para el 27 de marzo. En esta ocasión, ha cuajado un proyecto de la artista Rebecca Horn coordinado por Pelaires (ya era hora de que el Ejecutivo dejara de mirar a las galerías extranjeras) que llevaba año y medio sobre la mesa de Cultura y Presidencia. Uno de los motivos clave de su materialización ha sido la posibilidad de cerrar, por parte de la galería, gran parte de la financiación con un organismo extranjero, en concreto, con el Instituto de Asuntos Exteriores de Alemania. "Un contacto que conseguimos a través del Goethe Institut, la propia Rebecca Horn y el ministerio de Cultura alemán", explica Frederic Pinya.
La instalación site specific de la artista de Michelstadt contará con una pieza central que dialogará con 16 esculturas independientes. A su vez, irá acompañada de una performance sonora realizada por Hayden Chisholm. La motivación de todo este trabajo es un poema de la propia Horn. El dibujo y las pinturas previas de la instalación las ha realizado la artista en su estudio de Pollença mientras que la fabricación de las piezas mecanizadas de la instalación las está trabajando junto a sus ingenieros en su fundación de Fráncfort. Por casualidades de la vida, el proyecto -pensado por la alemana hace año y medio- es un homenaje a Ramon Llull y se estrenará precisamente en el año que empiezan las conmemoraciones por el 700 aniversario de su muerte.
El acontecimiento aglutinará a coleccionistas y comisarios europeos y sumará el festival anual que Horn celebra en su fundación. Será el primer año que se hace en la isla.
