-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Qué interés tiene Mallorca para un lector polaco?"

-Es un destino exótico para los polacos. Cuando regresé a mi país tras dos años en la isla, me preguntaban "¿pero por qué Mallorca y qué se puede hacer ahí, tomar el sol?" Me aburrí de responder estas preguntas, así que escribí mi primer libro.

-Ningún artista polaco había creado una obra sobre Mallorca desde Chopin.

-Solo conozco a una compatriota que viajaba a Mallorca regularmente en busca de inspiración, la escultora Zofia Wolska, autora de la cabeza de Chopin en Valldemossa. La encontré hace varios años en el hotel Punta Negra, donde solía alojarse.

-Sin embargo, Chopin renegaba de su estancia en la isla, por no hablar de George Sand.

-Nunca me sorprendió que odiara Mallorca. Tiempo invernal, sin calefacción, con mala salud, miseria financiera, dos adolecentes difíciles y una amante de sexo ambiguo no suenan como unas vacaciones envidiables. Además, y para ponerlo suave, una recepción no muy calurosa de los nativos, asustados de su tuberculosis que entonces era una enfermedad mortal. Aquellos mallorquines no podían prever que el turismo sería algún día una fuente de ingresos capital.

-Su título ´Un año en Mallorca´ evoca el libro de George Sand, ´Un invierno en Mallorca´.

-Fue solo un pequeño guiño irónico.

-¿Nos está enviando un montón de turistas?

-Eso espero. Al menos, la mayoría de mis amigos han visitado la isla por primera vez en los últimos años, y algunos han comprado casas aquí. Mis libros han despertado el runrún, en Polonia soy ahora "la novelista mallorquina".

-Mallorca le ha convertido en una superventas en Polonia.

-Ambos libros han sido superventas en Polonia, pero para mí era mucho más importante escuchar a la gente diciendo que se había divertido leyéndolos.

-Comparte cifras de venta en Polonia con ´La catedral del mar´, de Ildefonso Falcones.

-Me gusta estar en tan buena compañía.

-¿Cómo se ve a los mallorquines desde fuera?

-Cuando me mudé a Mallorca, aterricé en un crisol internacional. Mis amigos eran alemanes, holandeses o ingleses, hablábamos alemán o inglés y casi nadie conocía a mallorquines. Me encontré con algunos argentinos y peninsulares, y también se sentían de alguna forma extranjeros. Se veía a los mallorquines como inaccesibles para los extraños, aunque encontré a pocos para juzgar y me disgustan los clisés. Los que conocí estaban muy concentrados en su realidad y notan interesados en el mundo más allá del horizonte. Los comprendo perfectamente, dada la belleza de la isla.

-¿Cómo descubrió Mallorca?

-Vine por primera vez hace casi veinte años, y fue amor a primera vista. He viajado por todo el mundo y he visitado la mayoría de continentes, pero fue Mallorca la que me hizo sentirme en casa. En cuanto las circunstancias fueron propicias, empaqueté mis posesiones y me mudé. Alquilé un pequeño adosado en cas Català y mi hijo se convirtió en un feliz alumno de la Balear International School. Mi primera novela se basa en esa época.

-¿Qué aprenderíamos de nosotros mismos leyendo sus novelas?

-Mallorca es solo un bello y algo extraño escenario para mis narraciones. La primera habla de empezar una nueva vida como madre soltera en un ambiente completamente nuevo, desde luchar contra las cucarachas hasta enamorarse, pasando por encontrar un empleo. Todo ello con humor y autoironía.

-¿Y el ´Regreso a Mallorca´?

-En el segundo libro se vuelve a la isla en busca de la identidad perdida, de los sentimientos extraviados y de la juventud que se acaba.

-En Polonia es usted una celebridad.

-Provengo de una familia artística conocida, por lo que siempre fui reconocible, aparte de mis colaboraciones periodísticas, Sin embargo, y gracias a Dios, estoy lejos de ser una celebridad

-¿Cuál es la mayor diferencia entre polacos y mallorquines?

-El estado de ánimo. Durante medio año tenemos un tiempo terrible con frío, días cortos y sin luz solar. Te contagia el pesimismo, y te predispone a beber vodka. Cuando aterrizo en Palma cada invierno y veo los colores, el cielo azul, las palmeras y el mar me pregunto cómo puedes estar aquí enfadado o con prisas. En Polonia estoy agobiada. En Mallorca puedo vivir mi vida.

-¿Busca nuevas ubicaciones para sus novelas, una vez acabada la trilogía?

-¿Debería quizás pasar un tiempo en Mikonos y escribir una novela gay? Es broma.