Kurt Schwitters Vanguardia y publicidad Museu Fundación Juan March. Carrer Sant Miquel, 11. Palma. Hasta el 4 de octubre.

Con la premisa "todo lo que un artista escupe es arte", Kurt Schwitters (Hannover, 1887-Kendalm, 1948) creó su universo fantástico, de esencia constructivista.

El artista alemán empezó en el collage, introduciendo a sus telas objetos como fotografías, recortes o billetes de tren. Su pintura, influenciada por las directrices del expresionismo, se fue transformando en su expresión más sublime; la de los pequeños detalles pegados, discretos, pero llenos de vida.

Las piezas, algunas de las cuales se exponen este verano en Palma, más de un centenar, contienen el juego semántico necesario para acercar sus propuestas a la poesía. Lo cierto es que con el dadá y el surrealismo nace una cierta literatura artística en torno a la obra de arte, que abre camino hacia una retórica de mecánica, tan efectiva como ingenua. La poesía dadaísta podía interpretarse como una descomposición de la estructura comunicativa, no parece casual que Tristan Tzara, al reinventar la poesía mediante el azar, tomara fragmentos de periódico como material preponderante.

Kurt Schwitters convertía en collages e impresos en postales: carteles, folletos publicitarios, anuncios de prensa o papeles timbrados. A su vez, éstos en eslóganes eficaces de un artista, que ya apostaba por la publicidad y el diseño gráfico; algo tan moderno como en su momento logró subrayar de otra forma Andy Warhol y que ya había anunciado Marcel Duchamp con los ready-made objetos encontrados, elevados a la categoría de obra de arte. Los collage de Schwitters significan una expresión de renovación en los que el reciclaje de elementos de la vida cotidiana se convierten en su segunda oportunidad, en su giro existencial colmado de lírica. Vale la pena detenerse en esta exposición, conocer la figura de Schwitters, un creador de una sensibilidad hechizante, dotado de oficio, ingenio y un agudo sentido del subconsciente colectivo.