Max, Bartomeu Seguí, Pere Joan, Rafa Vaquer, Tatúm, Gabi Beltrán, Linhart o Joan Escandell. Son la artillería pesada del cómic balear, pero también estatal. Una afirmación no sólo apoyada por la buena aceptación editorial de sus proyectos, sino también por el grueso de premios acumulados -dos nacionales- y porque el próximo Salón del Cómic de Barcelona acaba de programar para su cartel oficial una exposición sobre estos ocho dibujantes isleños formada por 64 originales de su obra más reciente.

El proyecto, producido por el Institut d´Estudis Baleàrics, pretende trazar un recorrido por el trabajo más actual de los veteranos del tebeo que, tal y como refiere el comisario de la muestra Juan Roig, tienen en común haber vivido el boom del cómic en España en los años ochenta. "Una época en la que las revistas del género disfrutaron de una época dorada en los kioscos. Todos los autores seleccionados para la muestra publicaron en ellas [Max, Tatúm y Seguí en El Víbora, Pere Joan en Cairo, Vaquer en El Jueves] y gozaron de renombre por entonces y ahora muchos publican novela gráfica a excelente nivel", considera Roig.

Así, la formación de todos estos dibujantes se produjo en estas publicaciones de los ochenta: el formato revista permitió que se profesionalizaran, cobrando un sueldo mensual de las editoriales. "Las recopilaciones en álbum significaban por entonces un plus económico y de reconocimiento", explica Roig. Sin embargo, a finales de esa década el negocio entró en decadencia y la distribución y difusión de la historieta cambió. Las revistas fueron cerrando, el cómic abandonó el kiosco y pasó a ser un producto de librería especializada. En este sentido, sucedieron dos cosas: algunos autores se vieron forzados a abandonar el medio para dedicarse a otros campos relacionados con el dibujo más rentables y, en cambio, otros se mantuvieron en el nuevo negocio editorial, "y continúan hoy día en la búsqueda de nuevos caminos, cada uno de una manera muy distinta". Para el comisario de Mar de fons -título de la exposición que se inaugura en el Salón del Cómic junto a otras de Lobezno o Popeye-, los autores isleños de la muestra ("tienen de 45 años para arriba") están ahora mismo en su mejor momento a nivel creativo, un "espléndido" momento que podrá verse en Barcelona a través de 64 originales hasta el 18 de mayo. "Son dibujantes que, al estar en la cúspide de su carrera, están experimentando mucho más que jóvenes", asegura. Y pone ejemplos: "Pere Joan acaba de publicar 100 pictogramas para un siglo, un experimento gráfico, un ensayo sobre la imagen en el siglo XX -comenta-, y Max está llevando a cabo una genial depuración de su lenguaje. O Seguí, quien aúna comercialidad y calidad como nadie, y se rodea de guionistas excelentes". Beltrán, por su parte, "también está en un momento de gran creatividad, confirmado en Historias del barrio (tiene a punto el segundo volumen)". O Tatúm, en estado de gracia: acaba de conseguir el Ciutat de Palma con el proyecto El funeral de John Morthonson.

Por último, hay que señalar que la muestra Mar de fons -acompañada de un estupendo catálogo en el que cada dibujante habla de su obra- itinerará por las otras islas del archipiélago para terminar la penúltima semana de octubre en la capilla de la Misericòrdia, en el marco del festival Còmic Nostrum.