Los escritores que han participado hoy en la jornada de clausura de las Conversaciones Literarias de Formentor han ensalzado la importancia y la pervivencia de las obras maestras, desde "La Odisea" de Homero a publicaciones recientes como "El sueño del celta", de Mario Vargas Llosa.

Bernardo Atxaga ha abierto la última mesa redonda, "La odisea perenne", refiriéndose a "La Ilíada" de Homero, que ha calificado como "la génesis de la literatura" y ha comparado con un gran río impetuoso que se ha ido dividiendo con el tiempo en miles de pequeños riachuelos.

Para Atxaga, un clásico es "una obra que está en el origen, que ha durado y se mantiene durante siglos porque renueva en cada tiempo y con cada lector lo que significa y lo que quiere decir".

El escritor vasco considera que de los clásicos se recogen "conceptos que luego son extraordinariamente fértiles", como le ocurrió a él con "La Ilíada", obra que cada vez que ha visitado le ha provocado reflexiones muy distintas.

Manuel Rivas se ha referido a "Pedro Páramo" de Juan Rulfo, para decir que las obras clásicas tienen la condición de ser también "un lugar psico-geográfico" que contiene "la emoción, las sensaciones, la memoria y el lenguaje".

La contemporaneidad de "Pedro Páramo" radica en que "resiste cualquier tipo de taxidermia", ha asegurado el escritor gallego que ha recordado que si bien fue tachada de "regionalista" inicialmente por la crítica, "en realidad abarca todo el universo" y además la ironía la hace particularmente moderna.

Basilio Baltasar ha analizado "Moby Dick" de Herman Melville, "una parábola sobre el poder del odio" y sobre el ser humano como origen del horror.

Entre las huellas que "Moby Dick" ha dejado en él, Baltasar ha destacado la risa y el desdén que le inspira la autoridad desde que la leyó, "la aguda intolerancia a la traición de la amistad, una irritada misantropía hacia la obediencia ciega, una duradera simpatía por los salvajes, una secreta complicidad con los animales, un desdén mal asimilado por los cazadores y la conciencia de que solo odian quienes no se soportan a si mismos".

Francisco Rodríguez-Adrados se ha centrado en el carácter de "sátira civilizada" de "La Odisea". Más que su condición de origen de la literatura ha destacado que supone una evolución de obras anteriores como "La epopeya de Gilgamés" de la literatura sumeria.

En la clausura de las conversaciones, alrededor de la mitad del público asistente ha abandonado la sala a modo de protesta por la presencia del secretario autonómico de Educación, Cultura y Universidades, Guillem Estarellas, varios de ellos ataviados con la camiseta verde que simboliza el rechazo a la implantación en las escuelas de Baleares del trilingüismo.

En la penúltima mesa redonda, "Guerras, tempestades, duelos y quebrantos", Inger Enkvist ha abierto el debate con un análisis de "El sueño del celta" de Mario Vargas Llosa, que a su modo de ver no es tanto una obra maestra como "la obra de un maestro".

En ella detecta "contradicciones no resueltas", como que su autor se hace "admirador incondicional" del protagonista Roger Casement, quien detalló los abusos en el Congo, un personaje "capaz de cosas muy valientes, como escribir los informes, pero también cuestionables, y ante quien cabría mantener una cierta prudencia".

Javier Gomá ha abordado "Tonio Kröger" de Thomas Mann. Ha destacado la vigencia del pensamiento del autor romántico que ya en 1903 destacó la importancia de "educar la individualidad y domesticarla", un dilema ético que se mantiene vivo.

Se ha referido al autor de "Los Buddenbrook" en la época en la que, hastiado de las "náuseas del conocimiento", opta por "la vida en su seductora trivialidad" en un intento por recuperar "las delicias de la vulgaridad".

Ignacio Vidal-Folch ha analizado a Ernst Jünger, con su intento de fuga del lirismo y la "romantización" de su propia vida en episodios como su participación en la guerra.

De él ha destacado que fue capaz de "encontrar trascendencia en todo, incluida la guerra de trincheras" que refleja en "Tempestades de acero", que para el autor barcelonés es "una obra maestra perfecta".

Antón Castro se ha referido al portugués Miguel Torga, autor prolífico que escribió 16 diarios y también novela y poesía, pero a quien considera "más profundo" en los libros de relatos "Cuentos de la montaña" y "Otros cuentos de la montaña".

En ellos relata la vida de los campesinos de Tras-Os-Montes "sin hacer absolutamente ningún juicio" y partiendo tan solo "de la observación, la transparencia y una mirada absolutamente humana". Castro considera a Torga "autor de algunos de los cuentos más bellos y a la vez más tristes del mundo".