-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Usted se dedica a pedir a los ricos?"

-No, nos dedicamos a inspirar a las personas con mayor capacidad económica a convertirse en filántropas, entrando en la generosidad a través del ejemplo de otras.

-¿No es preferible sacarles el dinero a impuestos?

-Son cosas distintas. Los motivos para convertirse en filántropo son más personales y profundos, salen de dentro. Deciden que tener mucho y consumir mucho no les produce bienestar interior, o buscan una causa, o han perdido a un miembro de la familia.

-Warren Buffett y Bill Gates han donado toda su fortuna.

-Promueven el pledge giving, que pretende que los grandes patrimonios donen la mitad de su riqueza a causas sociales. Nuestro planteamiento en La suerte de dar es diferente, queremos mostrar que la filantropía es un instrumento de cohesión en la empresa familiar, porque transmite los valores del fundador a través del tiempo.

-En su libro sólo hay un mallorquín, Sebastián Escarrer. ¿Los otros son tacaños?

-También hay una ibicenca, Carmen Matutes. No creo que en Balears sean menos generosos. Tiene grandes filántropos que comparten su riqueza.

-¿Qué errores comete un magnate cuando le da por la filantropía?

-El error sería pensar que basta con el voluntarismo. Nosotros le ayudamos a arroparlo con un envoltorio profesional, porque una fundación es una empresa con corazón. El filántropo ha de medir sus resultados para cambiar el mundo.

-Cada vez hay más personas con 30 millones de euros, andará sobrada de trabajo.

-Trabajamos para un grupo de familias con capacidad de crear fundaciones, lo cual corresponde al segmento más alto de riqueza.

-Estudió biología, ¿se ha especializado en grandes depredadores?

-Me dedico a las personas, que no son depredadoras por el hecho de tener dinero. Arriesgan su patrimonio para crear riqueza. Como decía Spinoza, dentro de cada uno de nosotros viven el generoso y el mezquino, el bueno y el malo. Hay personas que se esfuerzan por ser mejores cada día, y otras que no lo hacen.

-En Mallorca trabajan con el ´Proyecto Hombre´, ¿es cosa de ricos?

-La labor de Tomeu Catalá en Mallorca es un ejemplo de una institución sin ánimo de lucro. Para ocuparse de 650 personas hacen falta recursos, y hay que buscarlos donde se encuentran.

-Clinton riñó a Obama por llamar ricos a los ricos.

-A mí tampoco me gusta el apelativo de ricos. En mi experiencia, la mayoría de ellos han hecho la fortuna con el trabajo.

-Le dedican reportajes que obedecen al genérico "Mujeres que mandan mucho".

-O "mujeres de éxito". No mando, persevero mucho y he aprendido que triunfan quienes comienzan cada día.

-Estaba usted en la Ley de Mecenazgo, que Wert no logra sacar adelante.

-La ley ayudará, porque en Estados Unidos se llega a una desgravación del cien por cien, cuando en España sólo alcanza el 35. Para las familias es poco importante, porque su motivación no es económica sino continuar lo que han visto en casa.

-¿Qué artista recomienda como inversión?

-El mercado español del arte es sólo un 0.6 por ciento del total, en la actividad más globalizada. Se necesita un gran esfuerzo de promoción. A mí me gustan Plensa, Valdés, Cristina Iglesias o Barceló, que ya está muy presente en mercados internacionales.

-Keynes decía que "nada es tan conservador como un millón de dólares".

-Ganar un millón requiere de mucho esfuerzo, por eso se le tiene un respeto tremendo. La mejor manera de hacer una pequeña fortuna es empezar con una grande.

-Urdangarin le ha asestado un golpe de muerte a la filantropía.

-Son casos excepcionales, y ahí está la labor de expertos que conocen las organizaciones sin ánimo de lucro que son serias, el tercer sector.

-Declaró usted que "en la banca privada falta honradez".

-Es obvio en muchos casos. Hay bancos que no han sido muy honrados y en los que ha dominado la visión cortoplacista. Han mirado más por los intereses propios que del cliente. En cambio, si hay algo que caracteriza a la empresa familiar, es la visión a largo recorrido y la pasión.

-Tiene mérito aguantar a los ricos, eso no voy a negárselo.

-Cuanto más grandes, también son más humildes. No es especialmente difícil trabajar para ellos. Tienen expectativas muy altas de servicio, pero es normal.