A l´entorn de la família Bach

Studium aureum

Día y lugar del concierto: Lunes, 8 de abril.

Conservatori de Palma.

Programar en un mismo concierto obras de la familia Bach tiene su interés pero también su peligro. Por una parte nos permite conocer obras poco divulgadas entre nosotros, lo cual es de agradecer, pero por otra nos hace ver lo evidente, lo que ya intuíamos: existe Bach y existen otros bach. Uno mayúsculo, otros de segunda división. De todas maneras, todo suma y nos quedamos con las ventajas más que con los inconvenientes.

Studium Aureum, en su versión instrumental (sin las voces del coro), presentó el pasado lunes en su temporada de conciertos una nueva entrega de la serie A l´entorn de la família Bach, con obras del gran maestro, Johann Sebastian, y de otros familiares, dos hijos (Wilhelm Friedermann y Carl Philipp Emanuel) y un primo (Johann Bernhard).

La selección del programa hizo que pudiéramos comparar estilos y evoluciones (entendiendo esa palabra de modo cronológico. La evolución, en arte, siempre es relativa), como también lo es la calidad, naturalmente, lo que provoca en el comentarista algunas consideraciones. Veamos.

1.-Johann Sebastian es inmenso. Ni sus contemporáneos ni sus descendientes pueden hacerle sombra. También así lo entendieron los músicos y director (Carles Ponsetí), ya que demostraron más entrega y musicalidad en el concierto para oboe que en las otras partituras. Joan Rodríguez en el instrumento de viento y Ramon Andreu en el violín solista entraron y nos hicieron entrar en el universo Bach.

2.-De entre los familiares, la calidad de Carl Philipp Emanuel es la más alta. Su sinfonía aguantó muy bien como final de la velada.

3.-Para escribir un concierto con solista deben tenerse ideas y en el concierto para flauta de Wilhelm Friedermann brillan por su ausencia. Y, aunque muy aplaudido por el público, esa obra pecó de aburrida y poco trascendente, cosa no achacable al solista, un Enrique Sánchez más que correcto y que hizo lo que pudo para comunicar la partitura.

4.-El primo Johann Bernhard, coetáneo del maestro, alarga con demasía una Suite para orquesta que abrió, de forma convincente, el concierto.

En resumen, en la genética no siempre se transmite la inspiración.