Hace tres años mediante una emotiva carta Carmen March decía adiós al mundo de la moda. La crisis le obligaba a echar el cierre a su tienda y a su propia firma dejando atrás once años de proyecto personal y unos cuantos más en la industria. Por eso su despedida dejó ese sabor amargo en el sector. "Me fui con el convencimiento de no volvería. Había muchas otras cosas que me interesaban y pensaba tomarme un tiempo y luego ver hacia donde ir". Pero a veces la vida depara sorpresas que uno no espera, o al menos, no tan pronto, porque a los pocos meses, el grupo Cortefiel se fijó en su enorme talento. "En septiembre de ese 2010 ya me tantearon, pero les pedí un tiempo. Habían sido casi dos décadas de duro trabajo y necesitaba descansar y dedicarme a mi familia". Y vaya si aprovechó las vacaciones. Reflexionó sobre la moda, el diseño y los hábitos de consumo para obtener una perspectiva más fresca. Su creatividad, encerrada hasta entonces, se rebeló en ese sí a Pedro del Hierro meses después. Hoy, la mallorquina presenta en Madrid su primera colección como directora creativa de la firma.

Al otro lado del teléfono, a menos de 24 horas para su vuelta, Carmen March (Palma, 1974) responde risueña. "Estoy muy ilusionada pues ha sido un proceso largo, casi dos años de maduración... y ver que ya se acerca el día siempre provoca sensaciones contradictorias". Feliz por regresar, sí, pero también "nerviosa por la responsabilidad", cuenta a DIARIO de MALLORCA. No es para menos. Asumir la creación de Pedro del Hierro -"firma que se lanzó al mercado cuando yo nací", cuenta- es todo un reto para la mallorquina, pero también un hecho que pone de manifiesto lo que durante tantos años reclamó. "La alianza industria y diseño tenía que hacerse. Los modistos nos hemos quejado de la falta de apoyo dentro del sector en muchas ocasiones. Ahora es un buen momento para combinar ambos talentos y demostrar de lo que somos capaces. Podemos presumir de contar con grandes referentes en la industria textil, con cadenas de gran proyección. De eso tenemos que aprovecharnos todos", explica. Por eso mismo, y aunque la firma de lujo que pertenece al grupo Cortefiel le dio total libertad creativa, Carmen March no quiso desaprovechar la oportunidad de conocer la historia del nacimiento y la creación de la marca. "Pedro es un señor maravilloso y muy generoso. Me permitió acceder a todo su archivo personal, lo que me ha servido para pensar una colección que respete los orígenes de la casa sin renunciar a lo actual".

Ese diálogo entre el pasado y el presente se manifiesta en las prendas creadas para este próximo otoño-invierno 2013-2014 que llegarán a las tiendas en septiembre. Y no solo las nacionales. La firma está en plena expansión internacional: tiene presencia en 21 países y se prepara para dar el gran salto a China . "Aunque toda la colección busca ese mercado global, yo quería que las raíces españolas se notaran". De ahí, tal y como avanza March, en los tejidos utilizados haya mucho cuero y estampados florales, "muy al estilo de los bodegones del siglo XVII y XVIII. "El Museo del Prado ha sido visita obligada durante estos meses".

Propone la mallorquina una colección muy femenina, destinada a una mujer segura de si misma y con un gran sentido estético de lo español. Su carta de color se presenta oscura,desde el negro al tabaco y con algunos toques de color. El rojo, el morado y una interesante gama de tonos marinos. Diseños sobrios pero muy ricos en texturas: falsos lisos, estampados geométricos (lunares) y buenas calidades. "Lo que pretendo es que sea una ropa que simplifique el día a día de la mujer y que no envejezca". Prendas, pues, atemporales, muy versátiles y comerciales. "Hacer ropa para no venderla es un sinsentido. Está claro que durante la presentación de hoy se mostrará más el desarrollo de la prendas que la colección final. Hay muchas piezas".

Sorprende la ausencia de vestidos en esta primera colección de March para Pedro del Hierro. "He optado por lo clásico. Tenemos ropa que sirve para ir a trabajar y luego salir a cenar sin tener que pasar por casa. Buenos abrigos y trajes de chaqueta pero sin chaqueta, por ejemplo. Pantalones, superposiciones y un look de noche que yo he bautizado como soft-evening a base de monos y pijamas sofisticados". "Además", añade, "he querido desarrollar la capa española y apostar duro por el cuero negro y también en tonos azul marino y chocolate". Los complementos se resumen en una serie de zapatos y cinturones y en un único bolso que es la reedición de un clásico de la casa. "Para la colección de verano que ya estoy preparando (se encuentra en plena elección de los tejidos) sí haré una incursión más grande en otros básicos".

Con la experiencia de presentaciones pasadas, "mucho más estresantes en Cibeles que ahora en Pedro del Hierro", Carmen March afronta el futuro con optimismo aunque sin grandes derroches. "Planificar a largo plazo tal y como están los tiempos ahora es imposible". Pero aún así, nos descarta volver a respirar el aire de las pasarelas -"no hay porqué desechar la idea de presentar estos diseños de esa manera"-, concluye. Se nota que atraviesa un buen momento, que está feliz.