"El teatro te lo permite todo, incluso cosas que físicamente son imposibles"

-¿Cómo surge lo de la pintura invisible? ¿Ha sentido la necesidad de pintar algo invisible?

-Toda esta historia viene porque estábamos aquí, en mi estudio, pintando las paredes. De eso hará tres años. Estaba pintando con Mané Capilla, que es el batería de Sunflowers. Y en un momento dado, Mané [nombre también de uno de los personajes de la obra] me comentó que a la parte trasera de esta habitación, donde está esta columna, se le podían dar dos pasadas de pintura invisible. Y a partir de ahí empezamos a bromear. Y él me contó anécdotas, como las del principio de la obra, cuando una pareja discute sobre el color de las pareces. Me pareció todo muy chistoso.

-¿Por eso le dio forma de comedia teatral?

-Sí. Cada idea te da un formato diferente. Con El misteri de l´amor [su primera novela] estaba claro que debía ser narrativa en forma de falso diario, con ese lenguaje como si escribieses para ti mismo. Aquí estaba muy claro que debía ser una especie de vodevil, súper clásico, todo lo clásico que pudiera ser. Con personajes muy bien definidos y un único espacio.

-¿Qué buscaba introduciendo un ballet entre acto y acto?

-Vi que los diálogos me quedaban muy rápidos. Que todo sucedía en un suspiro. Y Miquel Fullana [hermano del director teatral Pere Fullana], nuestro técnico de luz, que ha hecho mucho teatro, me aconsejó introducir algún elemento para detener un poco la acción. Y, ya que el motivo de la obra es mágico, porque no existe la pintura invisible, pensé en introducir un ballet muy fantasioso. La música que he compuesto [en total tres temas que podrán escucharse en la versión digital del libro] va en esa línea también. Parece que debería haber una música como de cine mudo o charlestón. Pero no, pensé en arpas, en una música hipnótica.

-Lo del charlestón es muy Woody Allen. Sin embargo, su comedia me recuerda más a las de Jordi Galcerán. En concreto a Burundanga, en la que los personajes también beben una sustancia.

-Woody Allen es una influencia para mí. Me gusta mucho. En teatro, lo que más conozco son las tragedias clásicas de Sófocles. Incluso estuve pensando en hacer una especie de musical con Filóctetes. Por el tema, esta historia de la pintura tenía que ser una comedia. En una obra de teatro así, es muy importante acotar bien el tema. Creo que aquí el tema, la invisibilidad, aquello de "ojos que no ven corazón que no siente", está reflejado hasta en el título. La obra es un concepto cerrado y unitario, y el objetivo está bien marcado. Además, pensé que la invisibilidad era un recurso visual cien por cien teatral, en el que el público siempre va a ir por delante del personaje en cuanto a información, como en el suspense de Hitchcock.

-¿Qué consejos le dieron Miquel Fullana, Salvador Oliva o Toni Artigues?

-Para escribir esta obra, me fue muy bien que me dijeran que había que definir muy bien a los personajes desde el principio. El hecho de que sean tan diferentes entre sí también es crucial, porque cuando tú quieres conducir el argumento hacia alguna parte, en un momento determinado necesitas que pase alguna cosa. Y eso no resulta forzado si has definido bien a los personajes. Él es el sincero de la obra, muy buena persona. Ella es la típica tonta. Vinyet es como Darth Vader, y Mané, Bruce Willis.

-¿Qué compañía y/o director le gustaría que la representara?

-No lo sé, ya veremos qué pasa. Al principio pensé en producirla con Antònia Font, pero no lo vamos a hacer, no es nuestro terreno. Ahora sale el libro. Y prefiero esperar, a ver si surge alguna cosa. La culminación de esto es que se represente.

-Usted dice que Antònia Font no tiene experiencia en teatro, pero su compañero Jaume Manresa ha musicado varias obras, la última Víctor i el monstre.

-Sí. Jaume Manresa ha hecho música para teatro y danza. Jaume me decía cosas interesantes. Por ejemplo, que es posible que, sobre el mismo escenario, dos hablen por teléfono, estando a dos metros de distancia cuando se supone que hablan desde lugares que están a miles de kilómetros. Eso me interesaba mucho. El teatro te lo permite todo, incluso cosas que físicamente son imposibles.

-La última vez que estuve aquí usted preparaba una novela sobre su familia.

-La tengo parada porque es muy complicado. Es un proyecto muy comprometido. Da una visión de Mallorca simétricamente contraria a los tópicos que maneja la gente de fuera. Mallorca siempre ha sido una tierra de exportación de toda clase de productos: naranjas, zapatos... Yo nací en una casa que había sido una fábrica de zapatos que vendía calzado al ejército de EE UU. Son cosas que parece que no han pasado. Mira, cuando uno va a Sóller y ve esos palacios: ¿de dónde te piensas que ha salido todo eso? Es que es tan evidente. A veces parece que aquí, hasta que no llegó el turismo, no había nada. Es una idea que quieren inculcarnos para justificar todas las barbaridades que están haciendo en nombre del turismo. Y nos repiten para meternos miedo que, si no hay turismo, aquí no hay nada de nada. Y eso es falso. Y basta con que hablemos con nuestros abuelos sobre lo que hacían. Aquí se hacía oliva, almendra, jabón, naranjas. También aguardiente para llevarlo a Inglaterra en barcos. Los barcos se hacían aquí mismo, y se montaba un chiringuito allí para venderlo.

-Hablando de turismo. ¿Qué opina del vídeo de Miquel Barceló para la campaña del GOB?

-Miquel está diciendo una evidencia total. Una obviedad. Una verdad que todo el mundo conoce. Se están cargando Mallorca. Es evidente. Y para qué, ¿para potenciar la economía cuando todo el mundo está fatal y nadie tiene dinero? Nos dicen que para que se solucione nuestra economía tiene que haber turismo, y mira cómo estamos después de explotar durante 40 años lo mismo. En Mallorca había de todo antes. Nuestros productos eran exportables y baratos. Y el mallorquín siempre se ha caracterizado por salir a vender. Nunca ha esperado a que venga nadie aquí a comprarle. Pero si tú lo centras todo en el turismo, luego, para arrancar toda la industria que ha desaparecido, pues es un poco una misión imposible. Pero, si de todos modos, se ha de reinvertir en turismo, por qué no se reinvierte en otras cosas que aquí ya tienen una tradición milenaria, como las aceitunas, o centenaria, como las naranjas.

-Después de los microtemas de Vostè es aquí, ¿le apetecería hacer un disco de macrocanciones?

-Ahora mismo estoy como de vacaciones. Pero, sí, lo has adivinado. Me ronda hacer un disco que únicamente contenga dos o tres canciones largas.