Una compañía bien avenida y con una trayectoria particular. Auténticos fugitivos de los aplausos largos, especialistas en esquivar los halagos sin caer en la falsa modestia, vergonzosos como ningún otro delante de los premios. Sinceros y desinteresados. Pero en algún momento tenían que fallar -siempre pasa-. Con los años uno se descuida y comienza a hacer las cosas a medio gas y por dinero, a malgastar el agua o a dejar de pararse delante de los pasos de peatones.

Convertidos en personas desconfiadas, prematuramente envejecidas y sin fuerzas para cambiar las cosas, no encuentran otra opción que desaparecer de la escena con una última obra, una profunda despedida. Así es el argumento de Algunes persones bones, drama teatral que Pont Flotant trae hasta el Teatre del Mar desde hoy y hasta el 30 de diciembre para reflexionar sobre la profundidad como concepto, como dirección, como única salida.

"Tocar fondo, degradarse para perder la dignidad, el respeto, la vergüenza. Hacerse idiotas, frivolizar. En definitiva, sentirse libres de toda responsabilidad para poder continuar viviendo", explicaban sus intérpretes, Àlex Cantó, Joan Collado, Jesús Muñoz i Pau Pons.

Sobre la escena se trata de paredes "tristes", una barra de bar, algunas sillas viejas y una luz de neón que deja al fondo, atrás del todo, algunas personas buenas.

Lugar: Teatre del Mar (c/ de Llucmajor, 90. Palma)

Teléfono 971 24 84 00.

Función: hoy (21 horas) y hasta el 30 de diciembre (domingo a las 19 horas)

Duración: una hora y veinte minutos.