Ha resultado ser una intervención "delicada, larga, difícil y costosa", en palabras de Joan Bestard, canónigo responsable de las obras de la Catedral. Un proyecto de gran inversión económica -cerca de medio millón de euros- que se inició en marzo del pasado año y que ha permitido profundizar sobre una de las joyas arquitectónicas más valiosas de la Seu: la capilla baja de la Trinitat, el origen del templo gótico, en 1306. Para conmemorar el fin de los trabajos, y coincidiendo con el día de la fiesta grande de la Seu, hasta mañana miércoles, en horario de tarde, se podrá visitar de manera gratuita esta dependencia y las terrazas de la azotea del edificio religioso, así como contemplar la tabla de la Trinitat, felizmente recuperada tras una ardua intervención.

Conocida como la sacristía vieja, esta capilla baja tiene un gran valor artístico y patrimonial por hallarse en ella "la primera piedra a partir de la que se alzaron los cimientos de la Seu", subrayó el presidente del Cabildo Joan Bauzà. Así, y gracias a las actuaciones realizadas, se ha podido comprobar que se trata de obra nueva que no aprovecha estructuras anteriores y cuya cimentación se asienta directamente sobre la roca. Además, y tras la limpieza de la capilla de las reliquias, la cripta, la carbonera y otras dependencias, se han hallado una serie de inscripciones dibujadas en los paramentos.

Otra de las partes interesantes de la restauración tiene que ver con el artesonado, de estilo mudéjar y policromado, que antes de la intervención "contaba con dos recubrimientos en blanco", tal y como explicó uno de los arquitectos del proyecto, Enric Taltavull. Una suerte de intervención desafortunada al estilo del eccehomo de Borja, que ahora ha permitido descubrir los motivos decorativos vegetales y geométricos de este artesanado con influencias musulmanas y románicas. "Es un elemento muy significativo de la arquitectura civil gótica, por lo que creemos que podría procedente de algún casal", indicó Taltavull.

En total, 459.325,56 euros para una intervención de la que el Govern Balear se había comprometido a invertir unos 200.000 y que, de momento, solo ha abonado 40.000. "Esperamos que los euros restantes, a pesar de la crisis, sean satisfechos", recalcó Joan Bestard ante la mirada de la presidenta del Consell, Maria Salom, y el vicepresident de Cultura, Patrimoni i Esport, Joan Rotger.

"Una obra excepcional"

Paralelamente a estos trabajos de pavimentación, de instalación de nuevos equipos eléctricos y del acondicionamiento de diversas salas para hacer más cómodo el día a día de los religiosos, se presentó también ayer a los medios el resultado de la restauración de la tabla de la Trinitat, iniciada hace ahora más de dos años y, que ha tardado casi doce meses en encontrar su ubicación definitiva a la entrada de la capilla baja de la Trinitat tras su paso por la capilla de Tots Sant y de la tienda de la Seu.

Esta pintura del siglo XVI, que presidió hasta 1904 el altar de la capilla homónima hasta la intervención de Antoni Gaudí en el templo es una obra "absolutamente excepcional" porque posiblemente, tal y como destacó la profesora Mercè Gambús, del Grup d´investigació de Conservació del Patrimoni Artístic Religiós de la Universitat de les Illes Balears, sea una de las últimas representaciones de la Santísima Trinidad en tres figuras humanas que se hizo antes de que el Concilio de Trento prohibiera esta iconografía. "No he encontrado otra pieza similar en toda Europa, por lo que, aunque estéticamente no es gran cosa, es un testimonio singular y escaso en el panorama del arte religioso europeo", subrayó Gambús.

Por otra parte, tal y como adelantó en su día DIARIO de MALLORCA, las terrazas de la azotea de la Seu podrán ser visitadas por turistas y residentes en una suerte de recorrido de 45 minutos de duración y que permitirá ver la torre del campanario y las campanas, los vitrales de la Catedral desde fuera y unas reproducciones impresas de éstos donde explican su iconografía, así como las impresionantes vistas a la ciudad de Palma y su bahía. Además, y entre otros atractivos, se podrá pasar junto al rosetón mayor de 30 metros de altura y contemplar el conjunto escultórico del frontón que representa la Assumpció de Maria.

De momento no hay fecha para el inicio de estas visitas pues los trabajos de restauración del claustro y el campanario comenzarán, previsiblemente, a finales de este año.