Orquestra Simfònica de Balears

castell de Bellver

Luís Remartínez, director; Carmen González, soprano.

Obras de Beethoven, Giménez, Barbieri, M. Torroba Cueca y Fernández-Caballero.

Fecha: 12/07/12.

Tenía razón Luis Remartínez cuando decalaraba hace unos días que las obras de Beethoven pueden ligar bien con todo, incluso con el género lírico español. La primera sinfonía del compositor alemán sirvió de preludio, el pasado jueves, a una segunda parte íntegramente dedicada a la zarzuela.

Remartínez y la Simfònica, en ese segundo concierto del Festival de Música Castell de Bellver, plantearon la sinfonía del músico alemán como un divertimento estival. La obra lo permite, pues en ella dominan los momentos cantabiles. Con unos tempos muy bien planteados, sobre todo en esos curiosos enlaces entre los breves adagios y los allegros que Beethoven impone para reforzar el clima, la obra resultó un ejercicio de estilo para una plantilla sinfónica como la que tenemos.

Pero fue en la segunda parte del programa donde formación y director parecían sentirse más cómodos. Con la colaboración de una muy hermosa y afinada voz como la de Carmen González, supieron arrancar del público las mejores ovaciones. Ya con el conocido Preludio de La Torre del oro de Giménez (prácticamente la única obra de repertorio habitual de esa segunda mitad del concierto) entramos en un estado de gracia musical. Vinieron luego fragmentos menos populares de obras de Barbieri (De qué sirve el trono de Los diamantes de la corona), Moreno Torroba (dos momentos de La Marchenera), Chueca (el Preludio de Cádiz) y Fernández-Caballero (la romanza de Rosario Yo quiero a un hombre), alternando momentos instrumentales con romanzas vocales, todos ellos presentados con mucha gracia. Remartínez conoce bien ese género y permitió a los instrumentistas un lucimiento tanto como conjunto como en algunos comprometidos momentos solistas (destacable fue la aportación del trompeta solista).

Y para el final una guinda: el Vals de Angelita (Este es de Burdeos€.No sé que siento aquí) de la zarzuela Chateaux Margaux también de Fernández-Caballero. Pura delícia.