En el proceso de búsqueda de una atención de mayor calidad y que preserve al máximo la autonomía del usuario de centros de día, la entidad Intress ha comenzado a implantar en las instalaciones que gestiona una política de eliminación de las sujeciones físicas. Se trata de trabajar conceptos muy arraigados y que son habituales en el día a día de centros de atención a mayores y enfermos de Alzheimer, por lo que se deben salvar, en primer lugar, barreras culturales que impiden a muchos familiares entender que atar a una persona nunca es bueno.

Maria Coll –directora técnica del área de promoción de la autonomía de las personas mayores– y Trinidad Sánchez –directora de ese mismo departamento–, explican que en una primera etapa se trata de concienciar al personal cuidador y a los familiares. Lo habitual, aseguran, es que cuando se les argumenta que las sujeciones tienen más perjuicios que beneficios, la gente se da cuenta de lo que se está haciendo. "No es que quieran hacerles daño, pero es una costumbre atarlos por su bien, suele decirse: para que no no se levanten y puedan hacerse daño. Y lo que realmente pasa es que estas personas quedan reducidas a casi nada", afirma Coll.

La realidad es que, según informaciones de Intress, España ocupa el número uno en el ranking mundial en la práctica de sujeciones físicas. Se calcula que unas 100.000 personas mayores sufren ataduras de forma diaria. Las técnicas más frecuentes son muñequeras, cinturones, arneses atados a la cama o a las sillas, o las llamadas sábanas fantasma. Según la legislación, no está permitido el uso de sujeciones por disciplina o conveniencia del centro o de sus trabajadores, y, en todo caso, para poder aplicarlas se debe contar con el consentimiento escrito de la persona o su representante legal.

Intress ha iniciado la labor para que las 4 residencias y 9 centros de día que gestiona en Balears reciban el certificado de centro libre de sujeciones. Por esta razón ha comenzado a implantar el sistema ya en el centro de día de Campos. Trinidad Sánchez apunta que su objetivo es lograr la acreditación en toda su red de centros.

La iniciativa de la entidad de servicios sociales es una de las primeras consecuencias del congreso que celebraron el pasado mes de octubre en el centro de Cultura de Sa Nostra, en Palma. Intress recibe además ayuda económica de la Obra Social Sa Nostra para diversos proyectos.

El congreso se celebró bajo el título ´Por una atención personal y digna´ y se centró en la cuestión de la dependencia de las personas mayores. En las distintas intervenciones de técnicos expertos se abordó el tema de la promoción de la autonomía y el ejercicio de la libertad para tomar decisiones, así como la apuesta por la defensa de la privacidad y la intimidad del usuario.

Desde Intress se señala que la cuestión de la atención de calidad es el tema estrella de todas las conferencias y seminarios sobre servicios sociales, y que es hacia donde se dirigen todas las prácticas en la actualidad. Aunque también reconocen que la situación económica actual no es demasiado favorable, puesto que la gestión de nuevos centros públicos se topa con presupuestos muy reducidos.