­Mallorca se ha enganchado a los Goya. Dos de los últimos triunfadores en los premios más importantes del cine español nacieron en sa Roqueta, Daniel Monzón (Celda 211) y Agustí Villaronga (Pa negre). En esta edición, anunciada como la de la reconciliación de Almodóvar con la Academia, no faltará la representación isleña. Apunten dos nombres: el de LADAT, la Unitat d´Animació i Tecnologies Audiovisuals de la UIB, que aspira al galardón de mejor corto de animación, con Ella; y el del pintor Miquel Barceló, protagonista de El cuaderno de barro, cinta que concurre en la categoría de mejor documental. DIARIO de MALLORCA ha conversado con cinco nombres propios del mundo del espectáculo para conocer qué esperan de una gala que se celebrará hoy a partir de las 22,00 horas.

Desde la Universitat viajarán a Madrid quince personas, las que integran el equipo de Ella, pero solo dos, el director Juan Montes de Oca y Álvaro Casares, se sentarán en las butacas del Palacio de Congresos. "El ambiente en el seno de la expedición es de ilusión, pero hay que ser prudentes. Son cuatro las películas que competimos así que solo tenemos un 25% de posibilidades. Ganar sería fantástico, aunque el objetivo marcado ya está cumplido: llegar a la final", señala Montes de Oca.

Ella peleará con Bird Boy, Quien aguanta más y Rosa, tres películas que manejan técnicas diferentes. "La nuestra es la más compleja y la que soporta mayores costes", asegura su director, quien no duda en afirmar: "Tecnológicamente somos los mejores". Y no es la única ventaja: "A nivel narrativo contamos una historia y hemos comprobado que la película llega y provoca sentimientos en el espectador", añade el máximo responsable de LADAT, ya curtido en finales goyescas –esta es su cuarta nominación–. En caso de ganar, que nadie piense que solo él sorberá champán. "La animación es un trabajo de equipo. La fiesta será coral y a lo grande", promete.

Un cineasta que conoce bien el trabajo del pintor Miquel Barceló es el mallorquín Luis Ortas. Dirigió el documental Mar de fang sobre el proceso creativo del mural cerámico que el felanitxer universal realizó para la Catedral de Mallorca, y le desea lo mejor a Isaki Lacuesta, el director que logró la Concha de Oro en San Sebastián por Los pasos dobles –también dedicada a Barceló– y que aspira a obtener el Goya a la mejor película documental por El cuaderno de barro. Un documental concebido en colaboración con Barceló que descubre los secretos de su taller de Mali (África) y donde representa su performance Paso Doble junto al coreógrafo Josef Nadj.

"De las cuatro películas finalistas en esta modalidad la que aporta más a la narrativa del documental es El cuaderno de barro, pero no hay que olvidarse de Escuchando al juez Garzón, que podría ganar más por un tema social y político que por la calidad", argumenta Ortas. Morente, largometraje en el que el propio Enrique Morente habla sobre su vida, el flamenco, la familia y la genialidad de Picasso; y 30 años de oscuridad, cinta que se adentra en la historia de los topos republicanos, son sus otros dos rivales.

El que fuera profesor del master MAISCA de la UIB no se olvida de sus antiguos compañeros. "El equipo de la Universitat se supera con cada trabajo y Ella es, en mi opinión, su mejor cinta", asegura. Los últimos éxitos mallorquines en los Goya han acabado por enganchar a Ortas a una gala en que "debería" triunfar Blackthorn pero "probablemente" lo haga La piel que habito de Almodóvar, predice.

Otro exdirector de la Asociación de Cineastas de Balears, Toni Bestard, estará atento a las aperturas de los sobres, aunque su mente no estará en esta edición, sino en la de 2013, a la que concurrirá con El perfecto desconocido, su ópera prima, que llegará a la gran pantalla el 23 de marzo. En cualquier caso, el cineasta bunyolí tiene sus favoritas para este domingo. Una de ellas es No habrá paz para los malvados, en la que José Coronado aspira a su primer Goya por su trabajo como policía repugnante. La otra, La piel que habito, "pese a que no es, ni de lejos, la mejor película de Almodóvar", opina.

Si pudiera pedir un deseo, Bestard no dudaría: "Que le den el Goya a Ana Wagener", nominada en la categoría de mejor actriz de reparto por La voz dormida. "Es una todoterreno, una actriz de carácter cuyas apariciones en la pantalla siempre son recordadas", apunta con seguridad alguien que la ha tenido a sus órdenes, en El perfecto desconocido.

En los Goya no todo el protagonismo recae en los nominados. Hay quien trabaja mucho esa noche y recibe otro tipo de premios, los aplausos. Hablamos del conductor de la gala, una labor peligrosa que este año recaerá en Eva Hache. "Veré la ceremonia por ella. Es una cómica que me encanta, por su gestualidad, porque cae bien solo con su presencia, por su mirada y por lo bien que maneja los silencios", enumera Riki López, cantahumor de profesión.

"Prefiero a Eva Hache antes que a Buenafuente, pero la mejor, la que me ha hecho más reír, ha sido la Sardá", confiesa Riki.

No todo serán espectadores en la noche del cine español. También habrá quien prefiera "acostarse pronto y enterarse de todo por los resúmenes al día siguiente". Es el caso de Simón Andreu, que hace 15 años que no la sigue en directo –"la última vez que acudí a la gala entregué un premio a un productor"– y que opina que "comienza muy tarde". "He visto muy pocas películas de las nominadas y tampoco soy muy amante de este tipo de fiestas, aunque reconozco que son buenas para la profesión", aclara.