Lleva su pasión en la sangre. Jordi Ribas es carpintero, pero no uno cualquiera. Trabaja la madera desde la tradición y el alma. Su obra le ha valido el reconocimiento estatal tras quedar finalista de los V Premios Nacionales de Artesanía de 2010. Un galardón que premia su vocación, heredada de su familia, y su habilidad creativa.

La pieza seleccionada, una silla realizada en madera maciza de norte viejo o en pino tea procedente de vigas de techos antiguos –que Ribas bautiza con el nombre de Cadibra– reinterpreta de forma innovadora el mobiliario antiguo de la isla. La ideó para una exposición en Búger en el verano de 2009. En ella fusiona dos tipos de sillas tradicionales; la sollerica y la de cocina de payés para crear un producto sencillo, ergonómico que preserva los elementos tradicionales de la artesanía funcional mallorquina. "Me llamaban la atención las medidas. La cadira de payés es incómoda pero es la más fuerte, mientras que la de Sóller es la más cómoda", comenta. De ahí creó Cadibra, con la que ganó el certamen en Menorca, que le dio la oportunidad de participar en los premios nacionales de Madrid. "Iba un poco con la expectativa para ver qué se cuece", afirma. "En este tipo de convocatorias consideran muy importante la incorporación de las nuevas tecnologías y estrategias de ventas, y yo creo que es incompatible. Es una necesidad de imponer el producto. O se es empresario o artesano", prosigue.

Ribas procede de una familia de carpinteros. Su bisabuelo, que tenía el taller en Santa Margalida, colocó los pilares de la saga que siguieron su abuelo y su padre, explica. Admite ser un artesano de la madera que reivindica la vuelta a lo tradicional, a la calidad de las piezas cinceladas con las manos y la imaginación.

Tradición y modernidad

"Hay mucho más allá de las máquinas" afirma. "El mercado está sobredimensionado. La industria es necesaria pero no hay que perder lo tradicional", asegura. Para él, es fundamental no dejarse llevar por las modas y utilizar el diseño y el material idóneo para cada lugar y momento.

Ribas apuesta por lo imperecedero, aquellos muebles que envejecen y que se convierten en piezas únicas. Le gusta aplicar la sostenibilidad, añade, y recuperar materiales que además proporcionan nobleza y una mayor personalidad a las piezas.

Halla su inspiración en la naturaleza tal y como hacía el maestro Antoni Gaudí, comenta, el artista que más le ha influido en su obra. En su opinión, lo importante es "la relación que llegas a tener con el cliente. Hablar con él y ver más allá de la pieza en sí, considerar el entorno y adaptarla a las necesidades y a quién va dirigida".

Cadibra fusiona dos sillas tradicionales mallorquinas

Jordi Ribas creó esta pieza para una exposición en Búger en verano de 2009. En ella combina la robustez de la silla de payés con la comodidad que ofrece el diseño de la sollerica. Cadibra reinventa y da un nuevo valor al mobiliario tradicional mallorquín para crear un producto cómodo y sencillo.