El viaje a Mallorca del personaje que encarna Nino Manfredi en El Verdugo supuso que la isla se convirtiese en el escenario de una de las mejores películas de Luis García Berlanga. Rodó la segunda parte en el paseo Marítimo, Can Barberà y las cuevas del Drac, donde se produce una de las escenas más recordadas del largometraje, la del verdugo alejándose en una barca del lago subterráneo escoltado por los guardias civiles, una imagen de un gran expresionismo.

La película fue rodada en 1963 y cuenta la tragicómica historia de José Luis, empleado de una funeraria que se ve obligado a casarse con la hija de Amadeo (José Isbert), el verdugo de la Audiencia de Madrid recién jubilado. Además, para no perder una vivienda que el patronato iba a conceder a Amadeo por ser funcionario, José Luis también se ve obligado a aceptar el puesto vacante de verdugo. El padre y la hija le convencen asegurándole que no tendrá que matar a nadie, pero finalmente llega una orden de ejecución.