El álbum saldrá publicado en España el 29 de abril, según EMI, la productora del mismo, y en él se incluyen once canciones en las que está acompañado por primera vez por la banda The Relentless7.

Este nuevo disco suena indudablemente a rock, aunque en él se mezclan varios estilos "y también conserva el sonido soul" de otros trabajos como su anterior "Lifeline", según explica Harper en una entrevista a Efe concedida en Londres.

En su opinión, no existe ni una sola nota que sobre o que falte en este disco, algo que no puede decir de otros trabajos, pero que ya le ocurrió con su anterior álbum, una "línea a seguir" que espera poder mantener también en el futuro.

"Si no hay cambio, no tenemos ni pasado, ni presente, ni futuro", reflexiona Harper sobre las diferencias entre sus dos últimos discos, reflejadas principalmente en la sustitución de The Innocent Criminals -banda que lo acompañó en sus dos anteriores trabajos- por The Relentless7.

Sus canciones "hablan de muchas cosas; de amor, de odio, de sentimientos, emociones", aunque subraya la importancia que juega "la interpretación" a la hora de entender sus letras.

"De una misma canción tú puedes interpretar que va de amor y otro que se refiere a algo totalmente diferente, como en el tema 'Faithful remain' (incluido en su último álbum), donde puedes pensar que habla de amor o creer que va sobre la fe. Depende casi al 50 por ciento de cómo toque el tema el artista y de cómo lo interprete el que lo escucha", explica.

De hecho, "la gente escucha un tema cuando está en su habitación y nadie le puede decir qué debe pensar sobre él. Eso es lo bonito", insiste Harper, afroamericano nacido en California, donde pasó parte de su infancia en la tienda de discos propiedad de su familia.

"Tengo doce primos. Pues bien, el único que creció en esa tienda fui yo y el único que ha salido músico he sido yo", señala el cantautor y guitarrista estadounidense, quien defiende que sus canciones "están influenciadas por todos los sonidos que escucho, por toda la música del mundo".

En su opinión, no existe "mala música" y siempre hay algo que se puede aprender de cualquier artista, incluso de quienes salen de programas como "American Idol", versión americana del conocido en España como "Operación Triunfo".

"Yo creo que todos tendríamos que grabar una canción al menos una vez en nuestra vida", defiende Harper, quien admite que entre sus influencias se encuentran algunos de los más famosos grupos y artistas del siglo XX, como Nirvana, Led Zeppelín, Jimi Hendrix o incluso Bob Marley.

"Pero también estoy influido por la música tradicional española, por Camarón, por ejemplo", añade.

En una época en la que lo más habitual es dejar varios años de espacio entre un disco y otro, el también ganador de dos Grammy asegura no saber qué le lleva a ser tan prolífico.

"Yo sólo me fijo en mi música", asevera, mientras subraya que nunca piensa cuando escribe sus canciones en quién las va a escuchar, ya que lo único que intenta "es alcanzar el máximo nivel de creación artística posible".

Conocido también por su carácter comprometido -participó en 2004 en la campaña "Vota por el cambio", encabezada por decenas de artistas con el objetivo de evitar la reelección de George W. Bush- Harper se muestra confiado en que la llegada del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, servirá para que América se redima de algunos de sus pecados.

"Estuvimos viendo a quiénes hacían llamadas en Los Ángeles por Barack Obama durante la campaña electoral. Había amas de casa convenciendo a gente para que se registrara y pudiera votar, había profesores de escuela colgados al teléfono", recuerda orgulloso el cantautor y guitarrista estadounidense.

Harper defiende la decisión de muchos artistas de manifestar su opinión, ya que "todo el mundo habla y su voz es sólo una más en un coro de millones de voces".

"¿Dónde está el problema de asegurarte que tu opinión sea escuchada?", se pregunta el autor de temas como "In the colors", quien puso como ejemplo al líder de la banda irlandesa U2, Bono.

"Tener relación con las Naciones Unidas le hace ser más escuchado y, en vez de tener un solo micrófono, tiene pendientes de lo que dice a miles de personas. Y eso pone nervioso a algunos", dice.