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Entrevista

Manuel J. González: "La industria discográfica quiere un producto que carece de calidad"

Manuel J. González, de 43 años, es un rockero-metalero menorquín de la vieja escuela, no cree que la música comercial producida hoy en día sea "de las que transmiten sentimientos"

Manuel J. González, con su libro autoeditado. aina ramis

-Su libro de entrevistas es un homenaje a la música de raíces. ¿Qué es para usted este tipo de música?

-Es aquella cuya base se sustenta sobre los sonidos clásicos, en este caso los norteamericanos, como el blues, el honky tonk...

-¿Y cuándo se topa con ella?

-La música de raíces me empezó a gustar a principios de los noventa, algunas formaciones no muy conocidas y la música de los 70 relacionada con el country. Hice una visita a Austin, Texas, y me di cuenta de que allí, en esa ciudad, la música country estaba muy viva. Volví varias veces y poco a poco me fui adentrando en la escena conociendo a algunas bandas locales. Ahí fue cuando incorporé la música de raíces a la que me gusta, el rock y el heavy, que son mucho más extremas.

-¿De dónde surge la idea de escribir este libro?

-Fui conociendo diferentes músicos gracias a la plataforma Myspace, hasta que llegué a Bob Wayne. Fue entonces cuando me di cuenta de que esa música necesitaba contar con alguien que escribiera sobre ella. Por aquel entonces yo ya trabajaba en la revista Rock and Roll Popular 1. En 2011 viajé a Tennessee, Estados Unidos, a un festival dedicado a este tipo de música y aquello fue un flechazo. Había muchas bandas que tenían mucho que decir y sentí la necesidad de que se hablara de ellas tanto en España como en Europa.

-¿Y por qué un libro de entrevistas? ¿Por qué este formato?

-Es mucho más simbólico que cada uno de los artistas explique su vida. Además, yo me siento mucho más cómodo en una entrevista, porque al fin y al cabo les das el protagonismo a ellos.

-¿Cuál es la razón del título, 'Muddy Roots Music'?

-Por el festival en Bélgica, a donde voy cada año, aunque Muddy Roots ya es una marca, llevan a cabo muchos eventos y subproductos como excursiones, minifestivales, todo enfocado a la recuperación de la historia americana. El creador, Jason Galaz, lo ha convertido en un monstruo que lo que hace es defender el 'do it yourself'. No necesitas una industria o un sello musical.

-¿Sería un problema que estos músicos se hicieran muy conocida? ¿Qué pasaría?

-Lo veo complicado. En la actualidad musical ya no hay música de masas dentro del rock. Existen bandas como Kiss, Van Halen o The Rolling Stones, pero no hay nuevos grupos que lleguen a esos niveles. En el caso del Muddy Roots, algunos de los músicos como Bob Wayne están alcanzando un estatus considerable, pero no dejan de ser underground, que es aquella música minoritaria que no llega a los altos estratos de la industria o el mercado musical.

-Entonces...

-Bob Wayne en su cuenta bancaria tendrá como mucho 100.000 dólares, por decir una cifra, pero no la millonada que tiene el padre de Miley Cyrus, ni el dinero de toda esa gente respaldada por la industria, que quiere un producto específico que carece de calidad y autenticidad musical que sí ofrecen estos músicos.

-¿Fueron más accesibles que artistas tal vez más famosos?

-Si te soy sincero, en los últimos tiempos me he centrado en músicos y bandas no conocidos y en el momento en el que he concertado una entrevista he podido hacerla.

-La mayoría de músicos que entrevistas parecen haberse pasado mucho tiempo en la carretera.

-The Goddamn Gallows, a los que entrevisto, decidieron que no iban a tener propiedades, ni coche ni nada, no sabían dónde iban a vivir o qué iban a comer. Hicieron cálculos y para sobrevivir tenían que hacer 250 conciertos al año.

-Cobrando, por supuesto, porque en muchos "antros" no lo hacen.

-Sí, porque si no, era imposible seguir avanzando. En EEUU las distancias son muy largas, lo que ha vivido esta gente es muy duro. Consideré que merecían que la gente supiera de ellos, no solo por lo arriesgada que es su situación, sino porque su música es fantástica.

-¿Cuál es la filosofía?

-Es una huida de los productos manufacturados, prefabricados, y sobretodo es decirle no a la industria discográfica de Nashville, que ha convertido la industria de los 50 como Hank Williams en pop country. Es como Taylor Swift y toda esta gente, que no son como Johnny Cash o Hank.

-Hank Williams y Johnny Cash trabajaron con discográficas.

-Sí, pero tú escuchas su música y te pone los pelos de punta. Hank se murió ahogado en vómito en su coche, es otra historia.

-¿Se puede escapar de las discográficas?

-El ejemplo más claro de lo que hablo es Scott H. Biram, al que entrevisto en el capítulo 18. Tendrá unos dos años más que yo y empezó tocando la guitarra. Ahora está en la discográfica Bloodshot y hace lo que quiere con su música, no hace concesiones. Puedes vivir al límite siempre y cuando acates una normativa básica como por ejemplo pagar impuestos, cosas que si estás en una sociedad capitalista tienes que cumplir. Scott hace la música que siempre ha hecho.

-¿Con qué entrevista disfrutó más de las que hizo?

-Sin duda con la de The Dad Horse Experience. El tipo es alemán y tuvo una infancia y una adolescencia muy dura. Habla mucho de religión, y yo admiro mucho la capacidad que tienen algunas personas de dar explicaciones a toda su existencia a través de la religión. No de la fanática, sino a la que aporta una visión de la vida más divina y menos terrenal.

-¿A cuántos grupos ha visto en directo?¿Qué grupos o artistas están entre sus favoritos?

-Vi a Nirvana en Madrid, aunque no tenía mucho dinero pero hacía lo que podía. También a James Brown, Nine Inch Nails en California, a Korn en Florida, los Deftones en Barcelona, Incubus y los Guns and Roses, entre otros. Kyuss me gustan mucho, llevo su logotipo tatuado en las costillas, y se me ponen los pelos de punta con Tool, los tengo pendientes de ver.

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