¿Hay algo más increíble que poder dibujar al superhéroe que de pequeño te hacía soñar en un mundo sin villanos? A Paco Díaz le ha pasado. El dibujante mallorquín empuña el lápiz para dibujar a Spiderman, un encargo que le llegó de su editor de Marvel, Nick Lowe, ahora uno de los hombres fuertes de la factoría de cómics tras su nombramiento como responsable de los títulos del Hombre Araña y derivados, el producto estrella de la casa. "De momento, estoy dibujando una miniserie relacionada con Spider-Verse formada por tres números titulada Scarlet Spiders, basada en La saga del clon", detalla Díaz, bregado en el dibujo de superhéroes a raíz de sus colaboraciones en las colecciones de Wonder Woman, Green Lantern, Flash o Los Vengadores, aunque sea en los álbumes de X-Men, con Lobezno como puntal, donde ha pasado más tiempo.

Díaz recibe a DIARIO de MALLORCA en pleno proceso creativo de un material que debe entregar en su totalidad el 8 de diciembre. El primer número de la serie se publicará en EE UU el próximo día 19. Desde el ordenador de su estudio, su herramienta de trabajo -entinta con programas digitales como el Manga Studio-, presenta a los personajes arácnidos de una historia que ha guionizado Mike Costa. El protagonista es Ben Reilly, también conocido como la Araña Escarlata o el segundo Spiderman, un clon o réplica exacta del Hombre Araña original. Así, el mallorquín ha tenido que dibujar a un personaje elástico que se adhiere con manos y pies a casi cualquier superficie y que lanza telarañas que fabrica sintéticamente por un mecanismo colocado en sus muñecas. La segunda réplica diseñada en estas historias es Kaine, el clon malvado de Spiderman. Cierra el trío de arácnidos aliados de Spidy Jessica Drew, Spider-Woman. Las historias de estos tres personajes arrancan en el momento que Peter Parker desaparece y cuelga el uniforme de superhéroe para llevar una existencia normal junto a su novia. Es en ese preciso instante cuando un personaje malvado, Jackal, crea un clon de Spiderman, a saber, Ben Reilly.

El método de trabajo de Díaz parte del lápiz, con el que elabora los bocetos de personajes, situaciones y acciones marcadas en el guión de Costa. "Luego los escaneo para aplicar desde la pantalla el entintado", comenta. "Cuando dibujas sobre papel con el original, a la hora de repasar y acabar el dibujo con la tinta no puedes fallar. Si te equivocas, has de volver a empezar", apunta. "La herramienta digital te permite probar distintas soluciones. Te abre mucho el abanico. Si una no te gusta, le das a deshacer y listo", agrega. Un ventajoso sistema de trabajo que se convierte a su vez en herramienta de aprendizaje y crecimiento para el autor.

Mientras el dibujante mallorquín va pasando páginas en blanco y negro para este periódico, llama la atención la superabundancia de recursos en el entintado, las diferentes escalas de grises y su riqueza de matices. "Tiene una explicación: lo hago para que el colorista no me distorsione luego el acabado que me gustaría que tuviera la viñeta. Así le constriño un poco más a él para que sea fiel a mi estilo", sostiene.

No hay duda de que Paco Díaz, quien destripa durante una mañana los secretos de su trabajo, se lo pasa en grande dibujando al clon de Spiderman. "Tienes que ser muy expresivo con el movimiento. Yo estaba acostumbrado a dibujar a Lobezno, que es más bajito y está muy cachas. El Hombre Araña es elástico y estilizado, lo cual me ayudará a alejarme de algunas formas estáticas a las que estaba acostumbrado", refiere. En estas historias arácnidas, anunciadas a lo grande en la última Comic-Con de San Diego, "también aparecen personajes secundarios muy divertidos del Universo Marvel, como Iron Man o Antorcha Humana", revela.

Además de los referentes de su infancia y las películas de Sam Raimi o Marc Webb, el mallorquín ha llevado a cabo una profunda labor de investigación en la maraña de Hombres Araña preexistentes. Sobre todo los clásicos. "Está siendo como una nueva aventura. Los estoy conociendo otra vez y reinterpretando a mi manera", reconoce entusiasmado. Entre los trabajos revisados del personaje de Stan Lee, Díaz nombra las versiones de John Romita o Ditko.

La miniserie a cargo de Costa y Díaz forma parte de una gran operación que Marvel ha puesto en marcha. "Ahora mismo quieren darle más salida a Spiderman y a sus universos alternativos. Es un relanzamiento de todo su universo que persigue dos objetivos: por un lado, reenganchar a los antiguos fans en una suerte de remember y, por otro, darlo a conocer en toda su extensión a los nuevos lectores", argumenta.

El mallorquín, un dibujante que da mayor importancia a la narratividad del dibujo que a su espectacularidad (normal, su bagaje cultural es europeo), opina que, en estos momentos, las versiones cinematográficas de los superhéroes han tenido un mayor influjo en los cómics de DC que en los de Marvel. "Los de DC [los de Batman, por ejemplo] son más oscuros, realistas y violentos para que se parezcan a las películas". Una tendencia que no ha afectado tan directamente a Marvel y, por extensión, a Díaz. "En la factoría para la que trabajo están dando cabida a estilos más personales y underground. Aún tienen claro que una cosa son las películas y otra los cómics", subraya.

Díaz cree que, con su experiencia -comenzó a colaborar en 1994 con Marvel UK y también pasó por DC-, vislumbra a día de hoy el inicio de un estilo propio. "Ahora empiezo a ver cosas que comienzan a gustarme", reconoce. "Al principio modulaba mi estilo a lo que los editores querían. Creo que, desde que dibujé el Lobezno gay, hay un poco más de búsqueda personal", considera. "Antes revisaba mucho lo que se había hecho sobre determinado personaje, ahora sigo siendo respetuoso con el trabajo precedente, por ejemplo con Ditko y Romita en el caso de Spiderman", apunta. "La diferencia es que a día de hoy sí creo mis propias reglas a la hora de dibujar y no me baso en las de otros", añade. Es la seguridad que comienza a asomar en un dibujante perfeccionista y exigente consigo mismo que se ha hecho un hueco en una industria que cada año se juega mucho dinero con los lanzamientos editoriales y que es muy exigente con los profesionales que quieren formar parte de ella.

Para Díaz, tener un pie en dos de las divisiones principales de Marvel, la de Spiderman y la de X-Men, puede ser una ventaja. "Me permitirá jugar un poco más y a lo mejor me predispone para negociar", indica.

Como todo autor, el mallorquín (que se suma con esta nueva aventura arácnida a otras manos españolas que han perfilado a Spiderman, como pueda ser el caso de Marcos Martín o David Lafuente) guarda en un cajón un proyecto personal por el que ya se han interesado dos editoriales francesas. Sin embargo, él no tiene intención de desempolvarlo aún. "Espero a que me llegue el gran proyecto en América, el top, para después desarrollar mi historia". Un proyecto que sus compañeros de estudio (desde enero en el Parc Bit), el también dibujante Guillem March y el diseñador Juan Roig (Verbigracia), alaban sin ambages.

Díaz es tan perfeccionista que arruga la nariz ante tanto halago. En parte, sigue siendo aquel joven que abandonó la carrera de Derecho y de Filología para aterrizar años después en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde sin experiencias previas de dibujo quedó séptimo en una lista de 2.500 aspirantes a las 500 plazas que se ofertaban. Paco porta el virus del dibujo en la sangre. Por eso está donde está y dibuja a Spiderman.