­Con SLNT FLM el camino iba a ser inverso al de Heavenly Hell, el disco con el que L.A. debutó en 2009 en la multinacional Universal. Ahora, en este nuevo e.p. de seis canciones, lejos queda la producción opulenta y dilatada que supuso aquel trabajo que les acercó a un sector más amplio de público. La inmediatez, la primera toma y la naturalidad primaron en los legendarios Sound City Studios de California, elegidos por la banda para aportar accidentalidad y vivacidad a estas nuevas canciones en las que el sonido vintage (50´s y 60´s) les aporta una dimensión desconocida. Recién llegado del South by Southwest de Austin y del Canadian Music Week de Toronto, donde ha puesto a prueba los temas, el mallorquín Luis Alberto Segura, frontman de la banda, aterriza en Palma para presentar el próximo lunes a las 18 horas en Xocolat Centre su flamante y fresco SLNT FLM. En otoño promete gira en la isla. Hasta entonces, es muy probable que aparezca un nuevo e.p (o dos a lo largo de 2012). Segura gusta de este formato más breve que el álbum habitual porque le aporta "mayor libertad" a la hora de crear. "Así puedo ir componiendo y grabando mientras estoy con SLNT FLM". Para lo próximo, asegura, "aún no hay nada decidido".

Sonido

Durante estos días de promoción del disco se ha repetido hasta la saciedad, pero es así: SLNT FLM (Silent Film) suena muy lejos del anterior Heavenly Hell. ¿Por qué? Luis Alberto Segura responde: "Me apetecía quitarme de encima lo aparatoso del otro disco. Con Heavenly fueron muchas horas en el estudio. Un proceso de casi tres años. Quería experimentar otros sonidos y quería inmediatez. Este disco se ha grabado en un mes [el pasado septiembre]. Con Toni Noguera [el productor de Heavenly] fue otra historia, ahora nos apetecía esto otro". El sonido alcanzado –más rudo, directo, orgánico– sienta un "precedente" en la carrera de L.A., "abre un punto en el que investigar".

Grabación

La banda grabó a un "nivel muy rudimentario, fresco, todo son primeras tomas, hay desafinaciones, golpes de batería mal dados...", narra Segura. "La premisa de las sesiones de grabación fue ´it´s all about the mood´, es decir, hazlo cómo tu estés y lo sientas en ese momento".

estudio

¿Cómo recala L.A. en los legendarios Sound City Studios de California, donde se grabó el Nevermind de Nirvana? "Todo viene porque yo escuchaba el Brothers de The Black Keys. Me chocó el sonido y me decanté por esa crudeza. Investigando dimos con los nombres de Kevin Augunas y Mark Neil. Richard Swift fue el tercero en discordia. Augunas también es el productor de Cold War Kids. Lo que hicimos fue pasarles algunas demos de los temas y les gustaron mucho. En fin, fue un cúmulo de coincidencias que grabáramos en los Sound City Studios (Van Nuys, California), que son como los míticos estudios londinenses de Abbey Road. Soy muy mitómano, por otra parte. En esos estudios grabó Johnny Cash con The Heartbreakers. El micro en el que yo grabé este disco era el micro favorito de Cash, pero no me lo dijeron antes de cantar los temas para que no me pusiera nervioso".

Letras y composición

Para Luis Alberto, "las letras siempre han tenido un peso de tercera categoría". Es decir, apuntalarlas supone el tercer paso que sigue a la hora de componer. "No me considero un gran letrista. Sí me salen las palabras adecuadas, pero no podría escribir una canción sobre la crisis o sobre la ira, así, en global. A la hora de hacer una canción, primero compongo la melodía, luego la música y por último le pongo una letra".

Público

"Siendo honesto, soy de los que quiere llegar a cuanto más público mejor. Quiero llegar a vivir de la música. No querer llegar a más gente en mi caso sería tonto", asevera el mallorquín. Pero Segura tiene límites. "Me daría vértigo ser U2, pero mira, hay gente como los Foo Fighters que está bien. Se puede ser como ellos, es decir, no ser grimoso. No creo que haya gente que deteste a Dave Grohl [exbatería de Nirvana y líder de los Foo]. No sé, hablar como un mesías o con Obama para salvar el mundo no es mi intención. Paso de figurar, pero quiero vivir de la música. A nuestro batería Ángel Cubero, que tiene su propia familia, le prometí que le sacaría del curro. Si querer tener más público significa no ser indie, pues me da exactamente igual no serlo". Según Luis, "este disco no es una declaración de principios. Yo no soy un tío muy complejo. No sé, todo es sencillo, como el disco, que suena inmediato. De ahí que haya gente que pueda tener un disco de Antonio Orozco, Alejandro Sanz o éste mismo, y le gusten los tres. También es posible ver este disco en la discografía que escucha un joven de 16 años porque es fácil y sencillo. Las letras se pueden entender sin necesidad de un diccionario", apunta.

Éxito

Sin rodeos, le llegó con Heavenly Hell. "Yo quiero pensar que no tengo éxito. El éxito no existe. Si doy un mal paso, ya no hay éxito. Cuando estaba en The Nash o en Glycerine intentábamos triunfar. Pero me cansé de eso y puse en marcha L.A. para empezar a hacer lo que en realidad me apetecía. Saqué tres discos autoproducidos y ahora estoy en una multinacional. Cuando he hecho lo que he querido es cuando mejor me ha ido".

Evolución del rock

¿Está evolucionando la música? ¿Por qué el sonido vintage lo impregna casi todo? Luis Alberto asegura que necesitaríamos horas para discutir sobre esta cuestión. "Hay gente que arriesga, pero ahora mismo no está cuajando. La verdad es que es complicado. Quizá el rock sea una música en la que se arriesga menos. Es curioso porque, estando en Austin, me compré la revista New Musical Express, abanderada de la vanguardia musical, y para ellos las mejores diez bandas jóvenes o eran rollo la Velvet [Underground] o algo que habías escuchado antes. Pero molaban. No sé, creo que siempre hay gente que sorprende. A mí lo que me interesa cada día más es hacer buenas canciones", concluye.