Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un equipo desquiciado

Análisis

Un equipo desquiciado

Ha sido el partido del miedo. Dos equipos más preocupados por no encajar una nueva derrota, de anular al rival, antes que de generar ocasiones para decantar el marcador a su favor.

Verdad es que el Mallorca parece perseguido por una especie de maleficio que merece un exorcismo para acabar con esa racha de balones al poste, pero tampoco puso las ocasiones necesarias para revertir la situación. En estas circunstancias casi no se puede esperar otra cosa que llegue un contratiempo en forma de penalti, algo que ya empieza a ser demasiado repetitivo y que echa por la borda lo poco que se ha cosechado. Resulta cómico, por no decir trágico, ser vicecolista en puntos en la Liga y líder en pelotas al palo y en penaltis en contra, con un Lago pichichi en esta última suerte porque en ninguna otra ha destacado en esta temporada, en la que no es ni sombra del jugador que se espera y se exige.

Es hora de revertir la situación porque la imagen que nos deja ahora mismo el equipo es la de un grupo desquiciado por la adversidad o la impotencia. Una sensación que afecta no solo a los que están sobre el césped sino que se extiende también al banquillo, que parece ya no saber qué hacer. El partido ante el Espanyol, otro equipo en horas bajas, se antoja una final anticipada, con tintes de drama, como era el de ayer en Mendizorroza.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.