El Mallorca B está a 180 minutos de volver a la Segunda División B después de eliminar ayer al Utrera, en un duelo que dominaron los rojillos aunque su adversario siempre creó sensación de peligro aunque se mostró desacertado en los metros finales. Tras dejar en la cuneta al equipo navarro del Beti Kozkor Kirol Elkartea y ahora al conjunto andaluz los rojillos afrontan con la máxima ilusión esta ronda final.

Con un gran ambiente en Son Bibiloni ambos conjuntos comenzaron un duelo que fue eléctrico en los primeros minutos. En el minuto 13 le llega un balón nítido a Pablo Ramón, que progresa unos metros y desde la frontal del área pega un fuerte chut mandando el balón por la misma escuadra derecha del meta Antonio Ayala, que solo pudo ser espectador de excepción de este tanto. Lo más difícil se había conseguido y la eliminatoria estaba ya encarrilada para los pupilos de Julián Robles.

El Utrera espabiló y fue a por el gol pero no tenía convicción para finalizar las jugadas. Trascurren los minutos y las oportunidades se suceden en una y otra área, pudiendo caer el gol en cualquier de los dos bandos. Con este gol solitario se llegó al término de la primera parte.

En la reanudación, solo habían pasado dos minutos cuando Ibrahim Yalafit puso un balón claro dentro del área a Stephen Hammond y el bravo jugador rojillo con un chut raso y por la derecha batió por segunda vez al cancerbero andaluz.

Con un marcador claro para los locales, el dominio fue para los visitantes que en el minuto 62 estrella un balón en el larguero. Minutos más tarde recortaban distancias gracias a una pena máxima.

Con 2-1 en el marcador (en la ida se había firmado un empate a cero) la tensión se apoderó de los contendientes, unos que buscaban retener el marcador y los otros que necesitaban imperiosamente un gol para pasar la eliminatoria. El pitido final llenó de júbilo a los futbolistas del filial que se abrazaron sobre el terreno de juego y esperan ya rival.