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Análisis

El ascenso se logra en Anduva

"No juzgues que nadie es tan malo y no confíes que nadie es tan bueno"

La confianza es mala consejera en el mundo del fútbol, como lo es en otros campos de la vida. Si no que se lo pregunten a uno de los mejores equipos del mundo: el Barcelona, que tras lograr un 4-1 rotundo contra la Roma en el Camp Nou en los cuartos de final de la Liga de Campeones se daba por clasificado y vio cómo caía sorprendentemente eliminado. Poco le faltó al Real Madrid para que le pasara lo mismo ante la Juventus después de firmar un 0-3 en Turín.

Precavido. Sacar a colación los ejemplos anteriores no es querer ser agorero y pensar que el Mallorca no va a ser el domingo próximo equipo de Segunda División. Ayer demostró una superioridad futbolística notable sobre el Mirandés, al que doblegó de principio a fin. El 3-0 que llegó a adornar el electrónico de Son Moix nos hizo pensar que el partido de vuelta en Anduva sobraría y que simplemente sería un viaje de trámite para certificar el ascenso. Pero llegó el gol de los burgaleses que concede alguna posibilidad al campeón del grupo I.

Mejores en todo. El buen mallorquín es "passador de pena" pero, si hay que abonarse al optimismo, los argumentos en favor del Mallorca son abrumadores tras lo visto ayer en el campo de Son Moix. Los jugadores de Vicente Moreno hicieron, en el momento que se requería, uno de los mejores partidos de la temporada y tuvieron completamente noqueado a un rival que no sabía por dónde se descosía su sistema, aunque cualquier aficionado un poco avezado vio cómo las internadas por banda de Sastre y de Lago eran las que estaban detrás de ese desmoronamiento del sistema defensivo del equipo ayer de blanco. El Mallorca fue capaz de marcarle tres goles en apenas 64 minutos a un Mirandés que en 19 partidos como visitante solo había encajado tres. El gol de Camacho pudo quedar en anécdota si Álvaro Bustos hubiera elevado la cuenta de los rojillos a cuatro tras una espectacular jugada. No fue así y el fuego de la eliminatoria tiene ciertos rescoldos para los que el domingo serán locales, aunque las estadísticas tampoco invitan al optimismo a los castellanos. En ninguna de las quince victorias que el Mirandés obtuvo en su terreno de juego en la liga regular fue capaz de ganar de más de dos goles y solo en tres de ellas lo hizo por más de un tanto, lo que certifica que si el Mallorca marca en Anduva el vuelco en la eliminatoria sería algo más que un accidente.

Convencidos. Pese a todo, los jugadores rojillos deben aplicarse aquella frase que dice que no juzgues que nadie es tan malo (el Mirándes) y no confíes que nadie es tan bueno (el Mallorca). Quedan 90 minutos por jugar y está claro quién tiene todas las de ganar la eliminatoria a poco que todo transcurra como es normal. Lograrlo en Anduva, el campo en el que el pasado año se certificó el descenso a Segunda B, es todo un acicate para los jugadores del Mallorca, en especial para aquellos que vivieron en sus carnes la vergüenza de caer a este pozo futbolístico.

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