La derrota del Real Mallorca del pasado domingo en Santa Eulàlia fue la gota que colmó el vaso de los despropósitos. Cinco puntos de los últimos dieciocho posibles condenarían al equipo que dirige Vicente Moreno a los puestos de descenso de categoría, teniendo en cuenta el ratio de puntos conseguidos por el equipo en la última media docena de encuentros. Unos nefastos resultados camuflados por una primera parte del campeonato casi impoluta que se ha ido desarbolando con el paso de las últimas jornadas.
Trasladando la trayectoria del equipo en los seis últimos partidos a una hipotética clasificación tras 21 jornadas, el Mallorca sumaría a estas alturas del calendario solo 18 puntos, una cifra que le colocaría, a día de hoy, en la décimo novena posición de la tabla, empatado con la Peña Deportiva y a cinco de la salvación directa que marca en estos momentos el Llagostera.
Es más, solo tres equipos de la categoría han sumado menos puntos que los bermellones (cinco) desde la décimo sexta jornada de la competición: Badalona, con tres empates y tres derrotas; Peralada, con los mismos resultados; y Baleares, con cuatro derrotas, un empate y una victoria.
Donde más se ha notado el bajón que ha experimentado el equipo en las últimas semanas es echando un vistazo al colchón de puntos que los mallorquines habían construido con sus máximos perseguidores. En la jornada quince, los de Vicente Moreno aventajaban al Villarreal B, segundo clasificado, en 13 puntos, y manejaban una distancia de 16 con el Cornellà, quinto clasificado. Tras la derrota de este domingo, cuatro son los puntos que separan a los rojillos de los castellonenses y diez los que les distancian de los puestos que se quedan fuera del acceso a los play-off.
Lo peor viene cuando se comprueba que el resto de líderes de los diferentes grupos de la categoría no han perdido un ápice de su ritmo en las últimas jornadas. Si el pasado 19 de noviembre el Mallorca sumaba 39 puntos y era el líder destacado de los ochenta equipos de la Segunda B, por encima de Fuenlabrada (36), Mirandés (36) y Cartagena (27); hoy ha cedido el liderato a dos de esos conjuntos y está a solo dos puntos de hacerlo con el tercero.
Pero sin duda, lo que más preocupa de la aterradora dinámica en la que ha entrado el conjunto bermellón es el ambiente de incertidumbre que se ha instaurado sobre el equipo. Cuatro de los seis últimos rivales a los que se han enfrentado los rojillos, son conjuntos que actualmente ocupan los puestos de descenso y, ante ninguno de ellos, han hecho méritos para sumar los tres puntos.
La llegada del derbi ante el Atlético Baleares se presenta, sin lugar a dudas, en el peor momento de la temporada. Un encuentro en el que los de Horacio Melgarejo buscarán dar la sorpresa para salir del puesto de promoción de descenso de categoría y, sobre todo, hundir más si cabe a su eterno rival.
