Fernando Vázquez tuvo que echar mano de una rocambolesca explicación para justificar la alineación de Acuña en detrimento de Ortuño. "Las toca de cabeza y puedes tener progresión a la hora de jugar", argumentó el gallego. Lo cierto es que el paraguayo volvió a dejar en evidencia a su entrenador siendo un futbolista absolutamente intrascendente. Acuña seduce a Vázquez porque es la clase de delantero peleón, pero eso es lo único que ofreció antes de ser sustituido por Colunga poco después del descanso: una o dos reyertas con futbolistas del Oviedo y ni una sola aproximación con peligro.
El paraguayo estuvo cerca de marcharse en el mercado de invierno, asustado por la avalancha de fichajes que llegaron para reforzar el ataque. Molango apostó por él, pero Acuña sigue defraudando expectativas.
