Albert Ferrer puede contar todas las milongas que quiera en una rueda de prensa mientras diga la verdad a sus futbolistas. "He visto cosas positivas, estamos en la buena línea". Chapi es muy libre de deformar la realidad a su antojo y de creerse que su interlocutor se chupa el dedo. En este sentido recuerda al sobrevalorado Joaquín Caparrós, aquel enterrador -perdón, entrenador- del Mallorca que ahora comenta partidos por televisión. Inolvidable su lengua de madera y los disparatados elogios que dedicaba a su equipo mientras iba directo y sin frenos a Segunda. El peligro de utilizar semejante estrategia es que algunos futbolistas pueden creerse que lo hicieron bien en Alcorcón. Ese sería el camino más recto hacia otra derrota contra la Ponferradina.
Regreso al pasado
Esta temporada al Mallorca se le va a perdonar todo menos no ser un equipo intenso y competitivo. Ese fue su gran pecado en Alcorcón, que dio un repaso a su apocado rival derrochando sudor y actitud. También hubo más calidad entre los que vestían de amarillo, pero en este sentido habrá que dar un voto de confianza al equipo porque Arana, Pereira, Coro y Acuña todavía no estaban para ser titulares. De todos modos lo que se vio en esta primera jornada es que sigue muy arraigada en el Mallorca la tendencia a sacar bandera blanca al primer contratiempo, un vicio que afecta a titulares y suplentes. Y sin intensidad, ni capacidad de reacción, ni un plan de juego, uno se pregunta qué ha hecho Albert Ferrer a lo largo de un mes y medio de pretemporada.
Algo positivo
Está bien la iniciativa de restringir las comparecencias públicas de los futbolistas a una por semana. Algunos lo interpretan como una mengua de la libertad de información. Más bien es un alivio no tener que escuchar a cinco voces diferentes predicando una cosa en
la sala de prensa y haciendo lo contrario en el terreno de juego.
Más sobre la ´operación salida´
Fofo, Joselu, Agus y Assulin están fuera del proyecto. Del éxito de la ´operación salida´ dependerá el rango de los tres refuerzos que se incorporen al Mallorca esta semana. Los cuatro descartes alcanzan un coste de 700.000 euros para las arcas del club y la dirección deportiva se enfrenta en las próximas horas al enorme reto de darles la baja al menor coste posible y ganar ese dinero para fichar. Los cuatro descartados están en su derecho de quedarse el año que tienen firmado y cobrar hasta el último céntimo de su contrato. Pero no se entiende que futbolistas profesionales prefieran pasarse un año en la grada.
¿Qué espectáculo?
La presunta mejor liga del mundo empezó el sábado con cinco partidos en los que se anotaron dos goles. Cada vez más los equipos se nutren de futbolistas defensivos descuidando sus ataques. Y los entrenadores se han obsesionado con trabajar el físico y la presión, despreciando el talento que pueda haber en sus plantillas. Si se añade el miedo a perder en el estreno, queda una primera jornada para olvidar y una temporada que no arroja demasiadas expectativas.
Una posible solución
Son varios los ejemplos de tenistas que se estancaron y remontaron el vuelo cambiando de entrenador. El caso de Nadal sería una medida más traumática porque hay lazos de sangre con su tío Toni, pero quizás le iría bien modificar hábitos, técnicas, horarios y rutinas. Puede que el mallorquín sufra un bloqueo mental o simplemente esté saciado, pero a grandes males, grandes remedios.
