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Análisis

Nos falta fe

Nos quedamos sin saber cuál es la opinión de Miquel Soler sobre Claassen. El alemán ha sido más contundente al expresar la suya sobre el técnico. Mientras sopesamos cuál de los dos decidió antes la finalización del contrato que nunca se debió firmar, huiremos de una sentencia salomónica. Dados sus respectivos antecedentes, lo más prudente es no creer a ninguno de los dos.

Conozco a varios publicistas que trabajan en los Estados Unidos y me cuentan que, a la hora de preparar campañas de publicidad en los medios de comunicación, ya sea prensa, radio o televisión, no prestan la máxima atención a sus audiencias, sino a sus índices de credibilidad. Una medida sabia que corregiría errores flagrantes.

Y esto precisamente es lo que, aparte de su señorío, ha perdido el Mallorca. El evidente y cada vez mayor desarraigo de sus seguidores tiene su origen en los malos resultados, pero se sustenta en la falta de fe en un futuro que se deshoja día a día como una margarita.

Se confunde objetivo con proyecto y se habla de la prioridad de fichar a un entrenador sin que el aspirante, en sigular o plural, y mucho menos la afición sepan cuál es el plan. Es decir, buscamos al arquitecto antes de haber decidido el terreno donde edificar.

Recuerdo ciertos pasajes bíblicos en los que se anuncia que el fin del mundo vendrá precedido, entre otras señales y desastres, de la presencia de falsos predicadores a quienes tendremos que saber distinguir. Más alla que, de ser así, pienso que la tierra ya se habría ido a hacer gárgaras hace tiempo, en las próximas semanas también leeremos, oiremos y veremos de todo en relación al club. Espero que no se trate de ningún signo premonitorio.

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