Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Sebastià Bestard, en su taller
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Un pequeño carro tirado por animales.
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Una silla elaborada por el artesano de Petra.
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Una pequeña caja de herramientas del campo.
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Recreación de un 'molí de sang'.
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Un fragmento del pesebre instalado en la parroquia de Petra.
Pere Estelrich i Massutí
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.
Tiene ochenta y nueve años, «a punto de los noventa», puntualiza, y dedica buena parte de sus horas libres, «que son muchas», a elaborar de forma manual y con materiales naturales, personajes, edificios y construcciones relacionadas con el campo mallorquín y, de forma más concreta con el más cercano, el de su pueblo, Petra. Nos referimos a Sebastià Bestard, de quien podrán contemplarse, estas navidades, algunas de sus creaciones en la iglesia de Petra, pues desde hace unos años sus payeses acompañan las figuras del belén parroquial.