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El antiguo matadero de Sóller pasará a ser un centro de día

Las dependencias de este edificio datado en 1917 que servía para el sacrificio de animales muestran una estampa de ruina, estructuras de cama inservibles, goteras y chatarra

El edificio muestra una estampa de ruina. | J.MORA

Decenas de colchones, somieres y estructuras de literas que evocan los tiempos de mayor gloria de Sa Mostra son el rastro del pasado que se esconde tras las puertas del antiguo matadero municipal, el edificio que en breve Sóller cederá al Govern para su conversión en un centro de día público.

Las dependencias de lo que fue un edificio destinado al sacrificio de animales para el consumo humano hoy muestran una estampa de ruina, de estructuras de cama inservibles, goteras, agujeros en falso techo, chatarra y excrementos de palomas que sobrevuelan a su aire el interior.

La suciedad se acumula en las antiguas dependencias. | J.MORA

Este es el panorama con el que se encontró hace unos días el concejal de Patrimonio, Jaume Bestard, que visitó el edificio para corroborar la ingente labor que aún queda por hacer para que esta rémora de estilo modernista, fechado en 1917, recupere su esplendor con una nueva función sociosanitaria.

El concejal explicó que una de las primeras tareas que realizará el ayuntamiento de Sóller será la de contactar con los organizadores de la desaparecida Mostra Internacional Folklórica, ya que las maltrechas literas son de su propiedad. En los años de actividad de Sa Mostra, estas camas se montaban en las aulas del instituto para acoger a los danzadores que participaban en el encuentro folclórico. Pero desde hace años se encuentran en estado de abandono, al igual que el resto de dependencias del edificio que será cedido al Govern.

Colchones apilados en el matadero. | J.MORA

Excrementos de paloma

Jaume Bestard hizo un recorrido por el interior de las salas del edificio comprobando cómo los excrementos de paloma cubren buena parte del edificio y de los objetos que ahí se guardan.

Algunos elementos, como ganchos, una báscula oxidada y otras piezas de matarife, recuerdan que el edificio estaba destinado al sacrificio de animales y que Bestard prevé preservar como piezas que evocan el pasado del matadero.

Al igual que decenas de placas del nomenclátor de Sóller escritas en castellano, que están depositadas en el interior de lo que fue una cámara frigorífica a la espera de encontrarles un nuevo sitio para preservarlas.

Jaume Bestard prevé que los trabajos de vaciado comiencen de forma inminente a fin de tener completamente vacío el edificio para el momento de firma de su cesión al Govern.

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