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Las medidas de urgencia frenan la drástica caída de la población de liebres

Seguirán las acciones para reducir la presión cinegética sobre esta especie afectada por la mixomatosis

La caída en picado de la población de la liebre se ha frenado. CIM

Punto de inflexión en la caída drástica de la población de la liebre, una caída detectada en verano de 2020, cuando se adoptaron «medidas de urgencia» para frenar el descenso experimentado en esta especie debido a la mixomatosis. El conseller insular de Promoción Económica y Desarrollo Local, Jaume Alzamora, ha avanzado que estas medidas continuarán aplicándose durante este 2022 gracias a que han contribuido a frenar el descenso y todo lleva a pensar que a partir de ahora la población crecerá. De hecho, la percepción de los cazadores es que de cada vez ven más liebres.

Durante 2021, el Consell volvió a censar a la liebre pese a que no tocaba hasta este año porque los estudios son bienales pero «la situación requería tener datos reales», unos datos que han demostrado que la tendencia a la bajada se estaba frenando. Así, en las comarcas cinegéticas más propensas para la liebre como las marinas, la Serra y el Pla, se ha contabilizado una densidad de población de 0,17 durante el periodo pre-reproductor, una cifra que supone una «estabilización». Y es que la densidad de liebres en 2018 era de 0,30 mientras que en 2020 fue de 0,27 y en 2021 del 0,16. Alzamora matiza que el descenso fue debido a la alta incidencia de la mixomatosis, una enfermedad vírica que típicamente afecta a los conejos pero que desde 2018 se detectó en las liebres.

Ante los datos negativos, en septiembre de 2020 se celebró un Consell de Caça extraordinario en el que se apostó por reducir la presión cinegética sobre la liebre prohibiendo su caza con escopeta. Solo se permiten las modalidades tradicionales de ca llebrer y cetrería, que suponen menos del 1,5% de la presión cinegética, además de tener un elevado valor patrimonial. Otra de las medidas adoptadas y que continuará durante este 2022 es reducir el número de capturas a la mitad, así, solo se pueden cazar dos ejemplares por cazador y día. Este viernes se reúne de nuevo el Consell de Caça que concretará las fechas de las vedas pero en general el periodo hábil de caza de la liebre es de mediados de agosto hasta principios de diciembre. Alzamora ha remarcado que la tarea sobre el territorio del colectivo cazador ha sido clave para detectar y hacer seguimiento de la enfermedad. «La gestión ambiental llevado a cabo por el colectivo cazador ha contribuido a variar los parámetros de mortalidad provocada por la mixomatosis», celebra el Consell.

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