Las seis casetas de obra que están en proceso de construcción por parte de la entidad Ports de les Illes Balears en la primera línea del Port de Pollença han provocado una gran controversia en el municipio del Nord. Los comentarios negativos por parte de vecinos de la zona llenan las redes sociales desde hace unos días, con numerosas críticas contra la estética y la ubicación de estos módulos que, en principio, están destinados a la venta de tickets por parte de las empresas que organizan excursiones marítimas.
Uno de los comentarios más contundentes es el del exalcalde y actual portavoz de Junts Avançam, Miquel Àngel March, que a título personal afirma que la casetas de hormigón son «absolutamente inaceptables» en la zona portuaria del Moll, además de «inadecuadas, impactantes e innecesarias». March añade que «no tiene ninguna lógica que se cree una barrera visual en la zona portuaria a través de la construcción de estas casetas». Asimismo, el líder de la oposición municipal insta al equipo de gobierno a explicar «qué informe hicieron el Ayuntamiento y el Consell cuando se les remitió el proyecto».
March opina que «lo más lógico» sería «parar las obras, rehacer el proyecto y derribar las seis casetas a medio construir» porque «fan mal als ulls» y recuerda que la Ley de Urbanismo vigente «impide que se instalen elementos que desfiguran la perspectiva y limitan el campo visual en zonas marítimas».
El escrito de March en las redes sociales va acompañado de numerosos comentarios que le dan la razón y califican las obras de «barbaridad», «desastre», «despropósito» y «vergonzosas», entre otros apelativos. Algunos también reclaman la demolición del proyecto.
Por su parte, los otros partidos de la oposición como Alternativa y Podem también destacan el impacto de las casetas y denuncian la «nula conciencia medioambiental y estética» de Ports y Costas. «Es poco comprensible que en un entorno como el del puerto tengamos estas casetas fijas que tapan toda la vista y no se integran en el entorno», apunta la formación morada.
Diferentes medios de comunicación locales como el Punt Informatiu o el portal Som Pollença también se hacen eco de la polémica y subrayan la controversia que han causado estas obras entre los vecinos. De hecho, el primer medio recuerda que en 2005 se construyeron unas casetas muy similares a las que se levantan ahora y algunas de ellas finalmente fueron derribadas. Entonces, el ayuntamiento de Pollença, en el que el actual alcalde Tomeu Cifre ejercía de teniente de alcalde, manifestó su desacuerdo con la construcción de las casetas porque no se había consensuado con la institución municipal.
La controvertida actuación forma parte de un proyecto más amplio de Ports, que tiene el objetivo de renovar totalmente la zona de aparcamientos del Passeig Saralegui, anunciada a mediados del año 2020 con una inversión de unos 600.000 euros. El proyecto, iniciado a finales del pasado año, contemplaba la sustitución de las antiguas casetas de venta de tickets para excursiones por las nuevas construcciones que ahora han provocado la polémica. En principio, estaba previsto construir doce nuevas casetas más eficientes que las anteriores.
Por su parte, el alcalde Tomeu Cifre afirma que en el proyecto de embellecimiento que se ejecuta en la primera línea del Moll el Ayuntamiento «no tiene nada que decir» porque «las competencias son de Ports», aunque defiende la construcción de las polémicas casetas porque las anteriores «eran módulos de madera que estaban en muy mal estado y eran chabacanos» .
El regidor de Tots per Pollença expresa su «sorpresa» por las numerosas críticas negativas que inundan las redes sobre las nuevas casetas. «Me sorprenden, porque el proyecto es de mediados de 2020 y hasta ahora nadie había dicho nada, pero las críticas son subjetivas». Cifre añade que «si queremos turismo familiar y náutico hay que construir las infraestructuras necesarias para estas actividades». En principio, esta previsto que las obras concluyan antes del verano.
Un estudio deduce que la contaminación del puerto proviene de vertidos terrestres
Un estudio elaborado por el Centre Balear de Biologia Aplicada (CBBA) por encargo de la asociación Defensa del Port de Pollença y financiado por la fundación Marilles demuestra que los resultados de los análisis microbiológicos realizados en distintos puntos del Moll, entre las playas de Albercutx y Llenaire, durante un periodo comprendido entre mayo y septiembre de 2021, constataron «fenómenos de contaminación fecal en numerosas ocasiones, todos ellos con concentraciones por encima de los valores de referencia de la conselleria de Salud y Consumo para considerar las aguas aptas para el baño».
Además, el informe añade que «debido a la localización de los puntos de muestreo, todos ellos muy cercanos a la costa y la mayoría situados dentro de las zonas de baño restringidas al tráfico marítimo, se podría deducir que el origen de esta contaminación proviene de algún vertido terrestre».
El estudio, que incluye muestreos mensuales en distintas matrices ambientales (arena de playa, sedimento marino, agua y biota), indica que la zona de la bahía más próxima al muelle «lleva tiempo viéndose afectada por circunstancias recurrentes como son una elevada cuenca de drenaje de escorrentía superficial, vertidos de aguas fecales, deposición de materiales derivados de construcciones, vertidos de aguas sucias en la red de pluviales, actuaciones pasadas como la construcción de diques o el vertido de arenas para la creación de playas artificiales, así como también el fondeo incontrolado de embarcaciones», circunstancias que «han afectado a la salubridad» de las aguas de la bahía de Pollença.
